Ser mujer más allá del conflicto, primera parte: Oliva
Iniciamos una nueva serie a propósito del mes de la mujer. Por eso, queremos exaltar a esas mujeres que vemos todos los días. Esas que trabajan y se esfuerzan por ayudar a sus familias, que son fuertes y no se dejan vencer por las adversidades. Aquellas que muchas veces se nos vuelven paisajes, pero que son una de las grandes fuerzas que mueven el mundo. Oliva, la protagonista de la historia de hoy, nos enseña el valor del trabajo, la responsabilidad, la dedicación y la ´berraquera´que se requiere para tener una vida digna y dársela a sus seres queridos.
Ser mujer más allá del conflicto, primera parte: Oliva
Maro 2-2015
Texto: Paola Ramírez
Fotos y video: Harold Romo
Este mes queremos exaltar a esas mujeres que vemos todos los días. Esas que trabajan y se esfuerzan por ayudar a sus familias, que son fuertes y no se dejan vencer por las adversidades. Aquellas mujeres que se nos vuelven paisajes, pero que son una de las grandes fuerzas que mueven el mundo. Así es Oliva Arcila, una mujer luchadora y trabajadora incansable. Tiene 48 años y es comerciante, ha logrado mantener un negocio propio por más de 21 años.
Ella es paisa y proviene de una numerosa familia que se instaló en Cali a principios de los 80, llegó con su mamá, papá y nueve hermanos más. En total son 11, pero su hermano mayor ya estaba en la ciudad. Compraron un terreno en donde construyeron una casa y consiguieron trabajo como vendedores ambulantes en el centro de Cali. Allí trabajaron por varios años hasta que fueron desplazados con promesa de reubicación, sin embargo, esta nunca se dio.
Oliva estudió Contaduría Pública en la universidad Santiago de Cali, trabajaba de día y estudiaba de noche para poder pagarse sus estudios. Su pasión, sin embargo, siempre fue el negocio como ella misma lo dice, "uno tiene que hacer lo que le gusta y a mí lo que me gusta es el negocio, soy feliz haciendo lo que hago y mi carrera me sirve para administrar".
No ha sido fácil, se ha quebrado en varias ocasiones, en otras tantas 'el lobo', como llaman a la Policía los vendedores ambulantes, se le ha llevado mercancía, "la última vez que me pasó, me hicieron tumbar una parte del negocio y perdí ventas, por las reparaciones, esto me causó una crisis financiera, otros negocios estaban utilizando ese mismo espacio que a mí me hicieron tumbar, pero cuando alegué eso me dijeron: Vaya y ponga la queja, de usted ya se quejaron y lo tiene que tumbar".
Se ha recuperado de las crisis y hoy de su negocio se mantiene la mayoría de su familia. No tiene hijos pero tiene a varios sobrinos a los que siempre ha apoyado. Ella es un ejemplo de superación para todas las mujeres y un motivo de admiración para los hombres. Bravo por esas mujeres de carácter fuerte y de mucho talante.
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