Marzo 25-2015
Por: Jorge Luis Galeano
Fotografías: Álvaro Márquez
En la cuarta entrega de la serie, hablamos del contexto general de la situación de la mujer en Buenaventura dado por la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR y el testimonio de una persona que ha sufrido muchas de las violencias que deja el conflicto armado: asesinato de seres queridos, desplazamiento intraurbano, abuso sexual, exclusión y abandono del Estado. Es una radiografía preocupante de una realidad que no cambia a pesar de los anuncios del Gobierno.
"Ser mujer en Buenaventura es un riesgo" así empieza su respuesta Weillington Carreiro, jefe de la Oficina de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, del Puerto y el relato de *Magaly parecería confirmarlo. Su vida, desde 2001, se ha debatido entre el asesinato de seres queridos, las amenazas, el desplazamiento intraurbano y el abuso sexual. Se ha sentido desamparada por el Estado y solo la ayuda de una organización no gubernamental le permite seguir adelante.
"Las mujeres de Buenaventura son más susceptibles de ser víctimas de violencia sexual debido a la combinación de la cultura patriarcal, género, racismo, pobreza y conflicto armado" dice el informe Desplazamiento Forzado y Violencia Sexual basada en Género, del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Dichos males los ha padecido *Magaly quien fue desplazada del barrio en donde vivía por la violencia, pero a donde debió regresar por la pobreza.
Las razones para que ello sea así, son muchas. El informe del Consejo Noruego dice "por su posición estratégica, su actividad comercial y las diferentes rutas de acceso fluvial, Buenaventura constituye un corredor de movilidad para el contrabando de bienes y el tráfico/micro tráfico de armas y estupefacientes. Por otro lado la poca eficacia de la presencia del estado civil en estos territorios los configura como corredores para actividades ilegales, mientras sus pobladores concentran las tasas de vulnerabilidad más altas del país. En estas zonas se presentan con mucha frecuencia desplazamientos intraurbanos que, en algunas ocasiones, no se registran, ni son objeto de una adecuada respuesta humanitaria"
Por otro lado, hay actividades como la minería que pueden disparar distintas violencias, entre ellas, la de género pues "es una actividad masculinizada y que no viene sola. Llega con un sinnúmero de ´servicios´, entre ellos: la explotación sexual y la prostitución lo que genera una presión sobre las jóvenes locales por ejercer dicho negocio y que hace que todo el tejido social se degrade" afirma Weillington Carreiro de ACNUR Buenaventura.
El panorama es complejo y los esfuerzos parecen insuficientes para detener actos como los que ha sufrido *Magaly en los últimos 14 años. Pese a la buena voluntad de algunas personas e instituciones, su tragedia no termina.
*Nombre cambiado por seguridad
Ser mujer más allá del conflicto, primera parte: Oliva
Ser mujer más allá del conflicto, segunda parte: las cicatrices de la guerra
Ser mujer más allá del conflicto, tercera parte: ser mujer en buenaventura
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