Relatos de paz, tercera parte:
Luz Dary, la incansable líder
Seguimos nuestro recorrido para encontrar esos Relatos de Paz que esta vez nos llevan a conocer a Luz Dary, una mujer que por más de 35 años ha trabajado por la juventud del barrio Los Lagos II de Cali a través de la educación. Su barrio, como muchos del Distrito de Aguablanca, tiene una alta incidencia de violencia, pero ello no ha sido impedimento para que esta mujer, nacida en Guachené-Cauca, creara la Escuela por la Paz y hoy quiera fortalecerla. Conozcamos, pues, a Luz Dary. A pesar de estos años de lucha y de un excepcional trabajo, considera que aún le falta mucho por aportar a su barrio. Sueña con un territorio en paz, con padres acompañando a sus hijos, con buenos y sólidos programas educativos, deportivos, culturales, etc.
Relatos de paz, tercera parte:
Luz Dary, la incansable líder
Octubre 19 - 2016
Por Martha Meza
Estudiante Maestría en Periodismo Icesi
Luz Dary Cantoni es una lideresa del barrio Los Lagos II, que ha dedicado al trabajo comunitario 31, de los 56 años que tiene de vida. Nació en Guachené, Cauca, se autoreconoce como una mujer negra y es una fuerte defensora de los Derechos Humanos y de la educación.
Con la gran sonrisa que siempre la caracteriza, recuerda a su tierra natal, a sus ocho hermanos y a sus padres ya fallecidos. Guachené es una tierra que le trae gratos recuerdos, pero que tuvo que dejar a los 16 años motivada por una mejor calidad de vida.
Hace 40 años llegó a vivir a Cali, al barrio Los Lagos, y fue allí que le "picó el bicho" por el trabajo comunitario, pues su barrio tenía muchas carencias: no había servicio de energía, acueducto, alcantarillado, las calles no tenían pavimento: "Para salir a la vía principal a tomar el bus, los residentes tenían que ponerse botas y llevar en una bolsita los zapatos, pues el polvero era muy abundante".
Mirando todas esas necesidades, junto a otros vecinos, decidió crear un comité para generar soluciones y desde ese día no ha dejado de hacerlo. Luz Dary no tiene hijos, estuvo casada durante 29 años con un hombre que la acompañó en todas sus batallas de liderazgo comunitario y de lucha por erradicar la violencia de su barrio, violencia que paradójicamente se lo arrebató hace dos años.
El triste episodio del asesinato de su esposo le ha dado más fortaleza para seguir luchando por convertir a su barrio en un territorio de paz, pues su barrio está ubicado en el corazón del Distrito de Aguablanca, zona reconocida por una alta incidencia de la violencia.
Ella es una gran convencida de que con educación se puede forjar un país más justo y es el camino más fácil y seguro para llegar a la paz. Por ello, se ha dedicado a buscar convenios con el Sena, universidades y diferentes instituciones educativas, para que lleguen a su barrio y se involucren niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres y adultos mayores, para mejorar su calidad de vida.
Por estos días está trabajando fuerte, en la reorganización de La Escuela por la Paz, la cual se creó con el objetivo de involucrar a toda la comunidad y a los hogares para enseñar a educar con amor y fortalecer la educación desde el hogar. "Los adultos son el ejemplo de los niños, necesitamos la paz y esta empieza en la casa. Además, estamos en un momento muy importante en el país, como es el acuerdo de paz."
En los últimos años, también se ha centrado en el trabajo con los adultos mayores, pues considera que esta población cada vez es más vulnerable. "En la actualidad es muy frecuente ver a hijos que abandonan a los padres, no les dan buen trato y los relegan al último grado de importancia o prioridad en sus vidas".
Por eso, ha buscado el apoyo de la Alcaldía para que les brinden un subsidio económico, y que se les pueda dar una sepultura digna al momento de su muerte. También ha creado una escuela de formación en el antejardín de su casa, para alfabetizar a estos ancianos, partiendo de la premisa "que nunca es tarde para aprender". Debido a esta iniciativa, una fundación la ha apoyado brindándole profesores y material académico para ampliar y mejorar el proceso de aprendizaje.
Otro de los aportes de Luz Dary, es la fundación de un grupo de arte y cultura, donde los habitantes del barrio, en especial los niños y jóvenes, toman clases de música, danza, pintura, teatro, etc. "Esto los ayuda a ocupar el tiempo libre, a alejarse de las malas tentaciones y aporta a la formación de seres humanos de bien". Pero considera que falta más apoyo para fortalecer esta iniciativa. Por ello, está articulándose con la Alcaldía para cumplir con el objetivo.
Con sus ojos casi enlagunados, manifiesta que "ser correspondida por la comunidad me hace la mujer más feliz del mundo, pues es muy bonito ver estos frutos: ver laborando a esos jóvenes que iniciaron sus estudios en el Sena, la graduación de 780 niños por la Institución Don Bosco, de los cuales 480 fueron convocados por mí, ver convertidos a todos estos seres en personas de bien es muy gratificante."
Esta mujer ha rescatado de la calle y de la drogadicción a muchos jóvenes, pero lamentablemente todo no ha sido felicidad, ya que después de batallar para su "rehabilitación", algunos han recaído. Ella dice que esto ha sido lo más triste de su trabajo.
Se siente muy orgullosa de su barrio, porque todas las calles están pavimentadas, iluminadas, cuenta con todos los servicios públicos... y todo eso es producto de la lucha del liderazgo comunitario.
A pesar de estos años de lucha y de un excepcional trabajo, considera que aún le falta mucho por aportar a su barrio. Sueña con un territorio en paz, con padres acompañando a sus hijos, con buenos y sólidos programas educativos, deportivos, culturales, etc.
Luz Dary es una mujer muy reconocida y respetada en su barrio, muchos la consideran como una "madre", pues ha abierto su corazón a todas las personas que a ella acuden en busca de ayuda. Actualmente es la Presidenta de la JAC de su barrio y como es característico en ella, dice que afrontará con total seriedad y responsabilidad este cargo durante el periodo 2016 - 2020.
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