Octubre 26 - 2019
Por Lorena Gallego Rosero
Magíster en Derechos Humanos
Es bastante desalentador no tener ni una sola candidata mujer en quién depositar un voto programático. Es más desalentador aún ver la falta de voluntad política hacia una igualdad real de género de parte de los candidatos que van punteando las encuestas.
Por un lado Roberto Ortiz, candidato del partido anti-derechos que representa la opresión, la sed de guerra, la misoginia, la LGTBIfobia, la corrupción y la oligarquía de éste país, y que ni siquiera tiene en su programa de gobierno una sola propuesta con enfoque de género. El que no asiste a los foros de mujeres y que habla de "protección de la familia" como eje central; no es una opción para nosotras, punto.
Por otro, Jorge Iván Ospina, quien fue alcalde durante la creación de la Política Pública para la Equidad de Géneros de Cali. Su programa parece evidenciar la intención de la transversalización del enfoque diferencial y de género, pero es un programa que se queda en la retórica y no propone acciones concretas que se puedan traducir en cambios estructurales. Además, Ospina tiene múltiples investigaciones por corrupción derivadas de su primer mandato; durante esta campaña ha recibido el aval de personajes de dudosa reputación; y, ha asumido una actitud amarillista y oportunista frente a estos obstáculos que le restan mucha credibilidad. Tampoco se vende como una opción de voto muy estratégica para las mujeres.
Por último, Alejandro Eder; candidato que se ha autodenominado "feminista" queriendo ganarse a las mujeres, pero a quién se le nota en su discurso paternalista y proteccionista y en su programa, que eso no es más que una mera instrumentalización del movimiento. Aunque tiene propuestas con enfoque de género éstas se centran principalmente en la eliminación de violencias físicas con acciones poco innovadoras que ya existen y no han sido efectivas, pero además, añadiendoles aterradoramente el "acompañamiento de la fuerza pública", reconocida fuerza violentadora... Además, también es representante de la oligarquía y es detractor de la creación de una Secretaría Municipal de Equidad de Género.
Frente a este panorama tan desesperanzador las preguntas estratégicas que triste y pesimistamente me tengo que hacer son: ¿por quién definitivamente NO DEBO VOTAR porque EMPEORARÍA SUSTANCIALMENTE la desigualdad y discriminación hacia las mujeres y diversidades sexuales y de género? ¿Con cuál de ellos posiblemente aunque no mejore, se quede igual?. Creo que ya lo tengo claro, pero ejerzo mi derecho al voto secreto, confieso que más que por proteger mi libertad de elegir sin presiones, por vergüenza sobre las fatales opciones que hay en mi ciudad.
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