Armar a civiles:
violencia disfrazada de derecho 

Es preocupante que la violencia sea avalada por quienes toman las decisiones políticas y jurídicas de este país o aspiran hacerlo desde el Congreso de Colombia. Lo peor es que la ciudadanía los apoye con sus votos, es decir, proponer armar a los civiles es oportunismo electoral y un verdadero populismo, pues los políticos saben que en elecciones, la opinión pública se mueve más por las emociones que por razones y se aprovechan de eso para proponer cosas descabelladas, pero que a la luz de la crisis, suenan cuerdas y hasta sensatas. 

Armar a civiles:
violencia disfrazada de derecho 

Febrero 25 - 2018

Por Jorge Luis Galeano
Director de www.hechoencali.com

En Estados Unidos nuevamente debaten sobre la necesidad de controlar la venta de armas a civiles, tras la masacre de 17 personas en un colegio de la Florida. Allá, es un tema recurrente cada que algo similar sucede y trágicamente pasa muy a menudo: solo en 2017, se presentaron 427 tiroteos en lugares públicos que dejaron 58 muertos y más de cien heridos. 

La respuesta del Presidente Trump fue tan desconcertante, pero a la vez, tan coherente con su estilo que no sorprendió cuando dijo que las escuelas estarían más seguras si algunos profesores usaran armas, sobre todo, aquéllos que han tenido experiencia en el ejército o la policía. De hecho, aseguró que podría darles bonos especiales por ello. En esa mismo sentido y en esa misma lógica de razonamiento, Wayne LaPierre, presidente de la Asociación Nacional de Rifle –NRA- (por sus siglas en inglés), lanzó una frase atroz: "Para detener a un hombre malo armado, solo se necesita a un hombre bueno armado", es decir, se combate la violencia con más violencia.

Como allá, ese tipo de posturas toman fuerza en Colombia. Para mí, es preocupante que la violencia sea avalada por quienes toman las decisiones políticas y jurídicas de este país o aspiran hacerlo desde el Congreso de Colombia. Lo peor es que la ciudadanía los apoye con sus votos. Me refiero, claro, a la propuesta de Christian Garcés que aspira a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático. Una idea con la que busca "facilitar el acceso a tenencia, porte y transporte de armas de bajo calibre para la población civil", es decir, como en la lógica del señor LaPierre, combatir la violencia con violencia.

Lo anterior es, sin duda alguna, oportunismo electoral y un verdadero populismo, pues los políticos saben que en elecciones, la opinión pública se mueve más por las emociones que por razones y se aprovechan de eso para proponer cosas descabelladas, pero que a la luz de la crisis, suenan cuerdas y hasta sensatas, pero lo que en verdad hacen es avalar la violencia que se disfraza de derecho al apelar a la legítima defensa, contenida en el artículo 32 de la Ley 599 del 2000.

El señor Garcés aplica la perversa noción de "las personas de bien" olvidando que también son seres humanos y que la tenencia de armas incrementa la posibilidad de accidentes, de tragedias, de violencia en general o sino preguntémonos ¿cuántas personas han muerto porque alguien, una ´persona de bien´ que, bajo la euforia de celebración o de rabia, dispara su arma? Algunas cifras hablan de 16.665 delitos cometidos en Colombia entre 2015 y 2016, y de ellos, el 77% fue llevado a cabo con un arma de fuego con salvoconducto, entonces ¿qué garantiza que dichas armas solo serán usadas para defenderse?

Hoy en día en el país está prohibido el porte de armas, aún si ésta tiene salvoconducto. La medida, que fue ratificada en diciembre de 2017, hizo que la tasa de homicidios bajara a 24 por cada 100.000 habitantes al año pasado según el Gobierno Nacional. De igual manera, el reporte de Cali Como Vamos, indica que los asesinatos se redujeron en un 2.8% en enero de 2018, con respecto al mismo mes del año pasado, dichas cifras indicarían que, aún en medio de la crisis en la seguridad y la presencia de actividad sicarial, desarmar a los civiles, tiene efectos positivos.

¿Por qué se insiste en abrir un boquete para echar al traste lo logrado? Los ciudadanos no podemos avalar propuestas que buscan prolongar el círculo vicioso de la violencia en Colombia y que no solucionen, desde la estructura, las verdaderas causas de la misma. ¡Voto responsable por favor!