Ni con izquierdas, ni con derechas 

¿Qué candidato, más allá del discurso, está dispuesto a liberarse de su propia prisión ideológica para pensar en Colombia y lo que les conviene a todos sus ciudadanos? Estamos en el círculo vicioso de discursos prometedores en el que caemos cada 4 años que solo logra polarizarnos. La llamada derecha y la llamada izquierda, cada vez más se entronizan en sus posturas innegociables, tercas y sordas al momento histórico que vive el país: la posibilidad y la necesidad de reconciliación. 

Ni con derechas ni con izquierdas

Febrero 18 - 2018

Por Jorge Luis Galeano

Creo que si la estabilidad política, económica y social de Colombia depende de que nos gobierne un lado u otro, estamos perdidos. Ambas posturas exhiben un alto grado de agresividad y pocas o nulas intenciones de hablar, debatir, negociar y llegar a acuerdos. ¿Qué pasaría con el país si llega al poder el Centro Democrático? ¿Qué pasaría si el presidente es Gustavo Petro? ¿Sergio Fajardo? ¿Humberto De la Calle? ¿Alejandro Ordóñez? ¿Germán Vargas Lleras?

Para votar responsablemente hay que pensar en todo ello, pues los candidatos hacen llamados a ´pactos de unidad nacional´ pero sin la más mínima señal de estar dispuestos a negociar, a ceder, a cambiar sus posturas sino más bien, a hacer que los otros se adhieran a su ideología y forma de interpretar la realidad. Ello, por supuesto, significa que ninguno desea a gobernar en marco del diálogo sino de la imposición.

¿Qué queda para los electores entonces? Los que se llaman de ´Centro´ son de derecha, otros que en público fungen como independientes, por debajo de la mesa son la esperanza de la derecha; los de izquierda están fragmentados y hay otros que deambulan en una especie de limbo ideológico que no permite entender desde dónde hablan. Esas sombras que caen sobre todos los candidatos hacen difícil entender lo que se viene para Colombia entre el 2018 y el 2022, tras las elecciones de mayo.

¿Cómo creer en derechas o izquierdas si son los mismos candidatos quienes reniegan de ellas? Algunos prefirieron alejarse de los partidos, lanzarse con firmas y eligen no ser identificados con una u otra, pese a sus claras tendencias; a otros les cuesta hacer alianzas, pues parecen privilegiar el poder sobre la oportunidad de gobernar desde la diversidad.

Lo anterior significa que, si bien algunos tratan de zafarse de sus posturas ideológicas, éstas pesan e impregnan sus discursos y propuestas y hasta lo que va de campaña, ninguno ofrece soluciones de fondo a los problemas del país: se habla de compra de tierras improductivas, se habla de fortalecimiento de la inversión privada y extranjera, se habla de creación de frentes ciudadanos de seguridad y otras cosas que ya en el pasado se han intentado con resultados negativos y en muchos casos, nefastos desde el punto de vista ambiental y humanitario.

Por eso es que digo que ni con derechas ni con izquierdas, pues estamos en el círculo vicioso de discursos prometedores en el que caemos cada 4 años que solo logra polarizarnos. La llamada derecha y la llamada izquierda, cada vez más se entronizan en sus posturas innegociables, tercas y sordas al momento histórico que vive el país: la posibilidad y la necesidad de reconciliación. No se puede gobernar sin ese otro que está en la orilla opuesta y pretender hacerlo, solo genera fracturas en la sociedad. ¿Qué candidato, más allá del discurso, está dispuesto a liberarse de su propia prisión ideológica para pensar en Colombia y lo que  conviene a todos sus ciudadanos? Y con todos me refiero tanto a los que creen en izquierdas, como a los que creen en las derechas y a los que no creen en nada, porque ese el país que tenemos.

Aún queda tiempo para que alguno abandere la propuesta de un gobierno incluyente que supere el estar en un lado u otro, pero por ahora: ni con derechas, ni con izquierdas.