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La Reforma Política en Colombia II 

Reforma Política II

Hay que tener en cuenta que en el mundo hay grandes categorías de sistemas electorales, uno de ellos es el proporcional, el cual es el que está presente en el caso colombiano. Un sistema electoral es una conjunción de diversos elementos que ahora no detallaré, pero en general es un mecanismo que permite convertir votos en escaños; el proporcional, por su parte, pretende buscar que la representación en cuerpos colegiados como el Congreso sea lo más realista posible, es decir, que la diferencia entre votos y escaños sea mínima y que la composición de las Cámaras legislativas esté acorde a la votación y no haya sectores de la sociedad subrepresentados o sobre representados. 

La Reforma Política en Colombia II

Reforma Política II

Septiembre 15 - 2017

Por Luis Eduardo Gutiérrez Rojas
Estudios Políticos y Resolución de Conflictos - Universidad del Valle

Hay que tener en cuenta que en el mundo hay grandes categorías de sistemas electorales, uno de ellos es el proporcional, el cual es el que está presente en el caso colombiano. Un sistema electoral es una conjunción de diversos elementos que ahora no detallaré, pero en general es un mecanismo que permite convertir votos en escaños; el proporcional, por su parte, pretende buscar que la representación en cuerpos colegiados como el Congreso sea lo más realista posible, es decir, que la diferencia entre votos y escaños sea mínima y que la composición de las Cámaras legislativas esté acorde a la votación y no haya sectores de la sociedad subrepresentados o sobre representados.

Dichos sistemas responden a diferentes factores que van condicionados por una relación tripartita entre el poder que se le desea otorgar al electorado, la representatividad del cuero colegiado y la capacidad decisoria del poder ejecutivo. Precisamente en relación a estos dos puntos hay una discusión académica que se resume en esta disyuntiva:

Imagen columna Luis

A medida que un gobierno es liderado por un partido o una mayoría de coalición, este se hace eficiente, eficaz y rápido, pero a medida que el poder legislativo representa fielmente la heterogeneidad de una sociedad, la labor gubernativa se ve sometida al debate y la deliberación que pueden entorpecer su accionar.

Entre tanto, Colombia se ha caracterizado por tener unos partidos débiles, pragmáticos al extremo, atrapatodo, con barreras ideológicas difusas y poco democráticos en su interior. Así, con la apertura democrática de la constitución del 1991 hubo una explosión sin precedentes de partidos y movimientos que nos hizo merecedores del sistema de partidos más personalistas del mundo. En 2003 una reforma pretendió ponerle freno a esta situación y logró grandes avances pero la personalización continuó. 

Para 2002 se presentaron a elecciones a Senado más de 60 partidos y movimientos y consiguieron representación 45. Para 2014, el senado quedó compuesto por 8 partidos más otros 2 de circunscripciones especiales. Un sistema tan caótico como el de 2002 genera grandes problemas a la efectividad gubernamental, debilita a los partidos, debilita los controles, la responsabilidad de los representantes y facilita la corrupción, y aunque el escenario actual también es corrupto, con partidos indisciplinados y sin controles, al menos permite endilgar una mayor responsabilidad a los partidos que otorgan avales a políticos corruptos.

Para la muestra de un botón tenemos a Cambio Radical, ya todos sabemos que ha sido el partido más golpeado por la corrupción y esto nos lleva a pensar que gran parte de la culpa recae sobre los directivos del partido que avalan a asesinos como Kiko Gómez para las elecciones de autoridades locales. No nos vamos a dejar meter los dedos a la boca por Germán Vargas Lleras que ahora se presenta como un candidato "independiente" presentando una candidatura por firmas, cuando todos sabemos que es el principal líder de Cambio Radical.

Pero esto lo logró el umbral electoral, una cifra que depura partidos y obliga a la cohesión y la unión, no por nada el POLO Democrático surgió después de 2003, porque la izquierda se vio amenazada por el umbral que los podría desaparecer de la escena electoral y a regañadientes tuvieron que unirse. La reforma actual pretende eliminar este elemento para promover la participación de nuevos partidos y uno se pregunta ¿Podría esto generar que regresemos al caos y desorden del 2002?

A primera vista uno podría argumentar que sí, pero no precisamente. Porque hay que ver la reforma de manera integral y la eliminación del poder del umbral no se puede analizar sin una nueva figura que introduce: la de los afiliados. Actualmente para ser partido con personería jurídica y gozar de los derechos que eso conlleva se debe acreditar que se supera el 3% del total de votos válidos para Cámara o Senado, con la reforma ya no se necesitaría acreditar ese porcentaje, sólo hay que contar con un cierto número de afiliados (la propuesta inicial era que fuera 0,2% del censo electoral pero quedó aprobado el 0,3%, es decir, 71.224 afiliados) para ser movimiento y para ser partido sí se debe superar el umbral, pero si no se alcanza no se pierde la personería.

Entonces, en un escenario donde los partidos son débiles y se le va a quitar poder a una herramienta que ha ayudado a ordenar de alguna manera el sistema de partidos, lo más que podríamos esperar es la proliferación de nuevos movimientos, por supuesto no a la manera de antes de 2002, pero que se multiplican se multiplican, eso es seguro. A esto hay que añadirle que muchos políticos ya no tendrán incentivos para estar en un partido porque la lista cerrada es otra medida que despierta gran animad versación, pero esto será tema de nuestra siguiente entrega.

Y aunque 71.224 afiliados parece mucho, la reforma subestima la mente criminal de muchos miembros de la clase política y no es por ser pesimista, pero espero en un futuro no tener que estar hablando de "carteles de afiliados" que se vendan a políticos con mucho dinero que quieran participar en elecciones sin pasar por los filtros de un partido. ¡Ojalá no se presente dicho escenario!

Pero también hay que decir que el escenario actual de las cosas tampoco es el ideal, pero como ya se dijo, no podemos pensar que las reformas institucionales van a arreglas todos los desbarajustes de nuestra precaria y corrupta democracia, el cambio debe ser más profundo e iniciar en la conciencia del ciudadano.

Lea aquí la primera parte de esta columna

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