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El fiscal Martínez, Uribe y 16 generales: tapen, tapen 

fiscal y bensouda 1

A partir de hoy y una vez al mes, el columnista Jorge Pinilla escribirá para Hechoencali.com.  Agradecemos muchísimo su valiosa colaboración y aquí su primer texto. 

El fiscal Martínez, Uribe y 16 generales: tapen, tapen 

fiscal y bensouda 1

Septiembre 19-2017  

A partir de hoy y una vez al mes, el columnista Jorge Pinilla escribirá para Hechoencali.com
Agradecemos muchísimo su valiosa colaboración y aquí su primer texto.

Por Jorge Gómez Pinilla
Especial para Hechoencali.com

No deja de ser una paradoja que a quienes más les disgustan los Derechos Humanos –y en consecuencia más los atropellan- es a los gobernantes matriculados en la derecha política. El caso de Álvaro Uribe es representativo, porque tras actuar durante veinte años como miembro del Partido Liberal llega a la Presidencia de la República a aplicar una política militarista y represiva, antípoda del liberalismo y solo equiparable con los abusos que se cometieron durante la dictadura del general Augusto Pinochet en Chile.

Mientras Pinochet desapareció a más de 3.000 personas, muchas arrojadas al mar desde aviones, el gobierno Uribe emitía desde el ministerio de Defensa directivas como la 029 de 2005, donde puso precio ($3.800.000) por cuerpo de guerrillero muerto entregado, en aplicación de una escabrosa política de recompensas que según editorial de El Espectador "propició alianzas criminales dedicadas a la fabricación de cadáveres". Con ello se refería a la genocida práctica de los 'falsos positivos', nombre eufemístico para los más de 4.000 asesinatos de jóvenes inermes que se presentaron en los ocho años del régimen de la Seguridad Democrática.

Ese desprecio total por los Derechos Humanos en el caso de Uribe se materializó además en persecución desde los aparatos del Estado, mediante interceptación de sus líneas telefónicas o guerra psicológica de la que fueron víctimas periodistas, defensores de derechos humanos, opositores y hasta la Corte Suprema de Justicia: sembraron micrófonos en sus salas de audiencia y escudriñaron hasta en el manejo de las cuentas financieras de los magistrados.

No es por simple coincidencia que mientras Pinochet decía que "los derechos humanos son una invención de los marxistas", Álvaro Uribe hoy se defiende de las acusaciones alegando que "todas las denuncias por supuesta persecución de defensores de derechos humanos se originaron como represalia a que siendo presidente, desenmascaré la estrategia utilizada por áulicos del terrorismo, de excusarse en la defensa de los derechos humanos". Óigase bien: todas, absolutamente todas las demandas que tiene en su contra, son "represalia". (Ver defensa de Uribe)

En los lomos de los expedientes que 'reposan' en los atiborrados anaqueles de la Comisión de Acusaciones, ente sin dientes de la Cámara de Representantes, el nombre que más aparece es el de Álvaro Uribe Vélez. Está impreso 261 veces, en igual número de procesos inconclusos, sobre el renglón reservado para el 'presunto sindicado'. (Ver noticia) 

Sea como fuere, constituye una luz al final del túnel la visita que hizo a Colombia la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, para indagar sobre "los pocos avances de la justicia nacional en los casos de ejecuciones extrajudiciales, sobre todo a la hora de encontrar a los máximos responsables de estos crímenes de lesa humanidad", según informa El Espectador. (Ver noticia)

Dicha visita incluyó una reunión con su homólogo el fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez. Al final del encuentro quedaron sembradas nubes negras, porque mientras este declaró socarronamente que "se estrecharon lazos de cooperación entre ambas instancias", la CPI lo que menos encontró fue cooperación, según constancia que dejó en rueda de prensa: "Necesitamos información tangible y específica que demuestre la existencia de pasos investigativos concretos adecuados para llevar esos casos a la justicia. La ausencia de información específica nos coloca en una posición muy incómoda".

Según Fabricio Guariglia, director de la división de enjuiciamiento de la CPI que acompañó a Bensouda en la rueda de prensa, la información que poseen y las investigaciones que ha hecho la justicia colombiana han permitido llegar "hasta los mandos intermedios de la cadena de mando". Esto significa que aún falta llegar a los 16 generales del Ejército, activos y retirados, frente a los cuales la Fiscalía de Eduardo Montealegre inició investigaciones, según informó Human Rights Watch (HRW) en informe titulado El rol de los altos mandos en falsos positivos. (Ver informe)

Lo que además de ser extraño constituye motivo de sospecha, es saber que fue precisamente en busca de esa información que la fiscal de la CPI visitó a Colombia, pero el fiscal Martínez Neira no quiso entregársela. Y no contento con el desplante, tuvo además la desfachatez de pedirle "la evidencia que posea" sobre esos crímenes, lo cual suscitó este comentario de un espontáneo en Facebook: "¿Y eso, como para qué sería? ¿Quizá para advertirles a algunos generales o a determinado "patriota" de lo que les corre pierna arriba...?"

Lo de patriota, dicho por el mismo Martínez Neira sobre Uribe en abril de 2015 ("Uribe no se opone a la paz, es un patriota"), permite entender con claridad por qué este obligó a doña Fatou a abandonar el país con las manos vacías, pues señala la identidad de intereses que hay entre la Fiscalía, los generales investigados y el mismo Álvaro Uribe, de cuya majestad presidencial habrían emanado las órdenes determinantes para la puesta en marcha de la salvaje máquina de dolor y muerte conocida como los 'falsos positivos'.

Esto a su vez conduce a concluir que para salvar la institucionalidad, se les quiere dar el carácter de 'excesos' a los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante el gobierno de Uribe. Uno ve al fiscal general con su falsa sonrisa de sainete ante la fiscal delegada de la CPI diciendo lo contrario a lo que hizo, y queda patéticamente convencido de que lo pusieron ahí para tapar y proteger los mismos intereses que por identidad ideológica le son afines a la extrema derecha.

Pero amanecerá y veremos, como dijo el ciego, porque la CPI no deja de respirarles en el cuello a esos mismos que la Fiscalía tanto se empeña en sacar limpios de toda culpa, impunes como a su modo lo estuvo el general Pinochet, hasta el final de sus días.

¿Lograrán Uribe y los generales investigados y el cómplice fiscal general salirse con la suya? No deje de ver el próximo capítulo de tan apasionante serie...

En Twitter: @Jorgomezpinilla 
http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/

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