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Comuna 20 de Cali:

Pandemia, Esmad y hambre

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Después de la incursión del ESMAD a la parte alta de la Comuna 20 de Cali, ocurrida el 16 de mayo pasado, las familias ahí asentadas continúan en negociaciones con la Alcaldía para buscar una solución, pues todas ellas viven de la informalidad y la pandemia les impide trabajar normalmente por lo que no pueden pagar arriendos

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Mayo 27 - 2020 

Por Laura Cruz

A las cuatro de la mañana, "la hora boba", como es llamada por los ladrones, entraron varios hombres del Esmad derribándolo todo, principalmente el silencio. Con disparos (con armas disuasivas) le quitaron la tranquilidad a 76 familias que construyeron sus hogares artesanalmente en un lote baldío del barrio Siloé, sin ningún conocimiento en construcción solo con la urgencia de abrigarse del frío.

Los niños se despertaron viendo gigantes armados en las puertas de sus casas, eran gigantes iracundos con trajes que blindan su corazón y su empatía. Los niños corrieron antes del amanecer no sin antes experimentar la sensación de asfixia, el ardor en los ojos y la angustia de saber que habían dejado su muñeco favorito en alguna improvisada cama. En medio del estruendo y de la huida de una guerra no buscada ni entendida, muchos pequeños se cayeron, otros tienen algunas cicatrices de las balas de goma disparadas por el Esmad.

¿De dónde llegaron esas familias?

Familias Comuna 20

San Juan, es un municipio ubicado en sur occidente del Chocó, no es reconocido por sus vírgenes o por sus patronos ni por la comida típica, San Juan es reconocido por sus muertos, por la violencia estructural y cotidiana, por sus desplazados. Dora Ocua García, indígena Wauna, y su familia hacen parte de la lista de los 10 mil 162 desplazados del Chocó y los ocho millones de desplazados del país. Colombia ocupa el segundo lugar del mundo donde hay más desplazamiento interno después de Siria según la Agencia de la ONU para Refugiados -Acnur-

Dora hace varios meses llegó al lote del barrio Siloé buscando un hogar. El estruendo y los gases lacrimógenos, la violencia sin medida del Esmad, le recordó a San Juan. "De allí hombres violentos también nos sacaron. Yo me vine hace tres años a Cali porque podíamos morir. En este lote estoy con mis seis hijos, cuatro nietos, y mi esposo que tiene tuberculosis. Yo iba a la galería a buscar cualquier cosas de comer pero ahora no he podido, estamos sin alimento. Los colchones, las cobijas no las quemaron, esos hombres violentos (Esmad). Esto me hace ser triste".

Dora

En el lote que tiene 1.68 metros cuadrados de largo y 51 metros cuadrados de ancho para unCampamento 2 total de ocho mil 568 metros cuadrados, viven 250 personas, 70 de ellas son niños, hay casi 40 adultos mayores, 36 indígenas. La mayoría de las mujeres son madres solteras y todos son trabajadores informales. En una ciudad como Cali donde el 51 por ciento de sus habitantes viven del rebusque, porque 'comercio informal' es un eufemismo del gobierno local que tiene el predio abandonado hace varios años. Ahí, supuestamente, se construiría un programa de vivienda popular, sin embargo, no ha ejecutado ni tiene planes de ejecutar por lo que el lote se estaba convirtiendo en un basurero enorme en el sector.

Las familias que llegaron hace dos meses al lote lo han bautizado como Brisas del Samán, después de limpiarlo. La mayoría de personas que hoy ocupa el terreno se dedicaba al trabajo informal, sin embargo, debido a la pandemia muchas no han podido salir a rebuscarse como ellas mismas dicen. Otras trabajaban en restaurantes, como empleadas domésticas, no obstante fueron despedidas, por ende tuvieron que elegir entre pagar arriendo o comer, por lo que fueron desalojados y su única opción fue instalarse irregularmente en el lote.

"Yo trabajaba en un restaurante, pero cuando ordenaron la cuarentena me terminaron despidiendo. Entonces no pude pagar la pieza que tenía en la parte alta de San Francisco y me tocó venirme a 'arrumarme' acá. El gobierno ofrece muchas ayudas pero la verdad no hemos recibido ninguna. Aquí en Colombia después de los 60 usted no consigue trabajo en ningún lado. Hemos podido comer porque hacemos ollas comunitarias. Los del Esmad vinieron me tumbaron mi rancho, quemaron colchones y nos atropellaron a todos. Nosotros no estamos aquí por gusto sino por necesidad" dijo Amanda Guerra.

Amanda 2

Las casas que faltan

Casas que faltan 2

La situación de Amanda y las 76 familias que viven en este lote, no es extraña en la ciudad, primero porque las cifras de desempleo en el 2019 llegaron al 12,5 % por ciento, según el Dane, lo que significa que habían 175 mil personas sin empleo. Por supuesto esta situación se agudizó en el primer semestre de este año, tanto así que aún no hay datos oficiales de las personas que han resultados afectadas laboralmente por la pandemia.

La segunda razón es que muchas de las personas que viven del rebusque han sido catalogadas por el Dane como trabajadores informales, sin tener en cuenta que sus ingresos económicos están muy por debajo del salario mínimo.

La tercera razón es que los desalojos se han convertido en algo cotidiano desde el año 2010 por lo que el déficit de vivienda ha aumentado, esto a causa de los diversos planes de renovación urbana que se han venido realizando en la ciudad. Dos grandes de ellos son; el Plan Jarillón, donde han desalojado más de dos mil familias desde que se ejecutó el proyecto y se pretende desalojar un total de 8 mil 777 familias, sin tener en cuenta que los procesos de reubicación han sido bastantes precarios y muchas personas se han quedado sin donde vivir.

Por otra parte está el proyecto Ciudad Paraíso donde han venido comprando a muy bajo precio las viviendas y se pretende hacer una compra en el proyecto San Pascual, sin embargo, el precio no responde a los valores reales del tema de vivienda; y dos el proyecto no tiene un cierre financiero viable, como lo explica Ana Erazo, concejala de Cali del partido Polo Democrático Alternativo.

Erazo también señaló que Cali tiene un déficit de 150 mil viviendas cuantitativo y cualitativo, esto se traduce en que familias que no tienen viviendas o que sus viviendas se encuentran en asentamientos informales o que las casas no cuentan con toda la infraestructura, esto representa un 6 por ciento de las vivencias en nuestra ciudad. Este fenómeno se da por una deuda histórica al acceso a la tierra, sabemos que en Colombia uno de los problemas más relevantes es quien puede comprar tierra, en ese sentido quien no tiene dinero no puede acceder a un terreno.

Sumado a lo anterior, Cali por ser ciudad región desde los año 40, ha sido receptora de familias que vienen desde el sur occidente, en parte, por el modelo de industrialización que se agudizó en los 80 por el conflicto armado.

Por otro lado, la concejala se refirió al plan de vivienda que formuló Jorge Iván Ospina en el Plan de Desarrollo. El actual plan de desarrollo tiene dos billones de pesos para programas dir de interés social y prioritario; no obstante, aún no está claro dónde se van a construir.

"Por su parte, la Secretaria de Vivienda Municipal presentó unos indicadores mínimos y pobres en función de cubrir el déficit de vivienda que tienen los caleños. Debo decir que es muy interesante el mejoramiento integral de barrios pero es altamente lamentable que no existan proyectos serios para la consolidación o la construcción de viviendas para las familias. Creo que esto también hace parte de la situación del país, Colombia hace muchos años no presenta unos buenos recursos para que exista vivienda de interés social y de interés prioritario para las ciudades, por esto lo que se le pide al Gobierno Local es que mínimamente no haya más desalojos forzados" puntualizó Erazo.

Construyendo casasFrente al caso de Siloé la concejala enfatizó "Debo plantear es que es lamentable que aun reconociendo que los gobiernos pasados, tanto el gobierno de Armitage como el gobierno de Rodrigo dejaron muchas familias sin techo usando al Esmad y violando los derechos humanos, se esté repitiendo esta historia. Creo que es necesario hacer un análisis más exhaustivo sobre el territorio y las familias que vienen dando la pelea por el tema de la vivienda. De entrada lo que tengo que rechazar es el abuso policial por parte del Esmad en donde se afectó a niñas y niños no solo del lote sino a personas del sector".

Aunque el Gobierno local instaló una mesa de negociación entre la comunidad, la Secretaria de Vivienda y defensores de derechos humanos, los habitantes de la zona se han sentido amenazados porque la mayor parte de veces que se va a entablar un diálogo, los funcionarios de la Alcaldía llegan en compañía del Esmad como señala Helena Rosero, líder social del sector.

Las 76 familias construyen por segunda vez sus casas en el lote, mientras la Alcaldía en una mesa de negociación les ofrece pagarles tres meses de arriendo, no obstante, para muchas personas como la concejala Ana Erazo, "esto no es una medida asertiva porque son tres meses nada más y la gente lo acoge, pero después vuelve a la misma problemática y todo queda en una política asistencialista que no da soluciones profundas".

Por lo tanto seguirán habiendo familias que busquen un terreno para construir su hogar, y seguirán los desalojos y violaciones de derechos a familias que solo quieren que se cumplan su derecho a tener un trabajo y una vivienda digna, lo que el Gobierno de Jorge Iván Ospina, no ha podido cumplir pues se limita a violentar a las familias con una pandemia más fuerte que el coronavirus, el Esmad.

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