Ellas: la agresión constante
Cerramos la serie México torturador con historias y testimonios de mujeres que fueron víctimas de tortura. Un relato que muestra que pese a la contundencia de las pruebas, la impunidad es el común denominador cuando se trata de investigar las violencias contra las mujeres que, como en el caso del conflicto en Colombia, se usan para intimidar, generar terror en el enemigo. El cuerpo de la mujer es usado como botín de guerra y a las autoridades no parece interesarles hacer pagar a los culpables de dichos actos.
Ellas: la agresión constante
Seis mujeres mueren al día en México después de ser discriminadas, humilladas, violadas, víctimas de vejaciones y tortura.
Noviembre 02-2014
Por Margarita Solano
Especial desde México para Hechoencali.com
Prefiere que le llamen Virginia. Su testimonio quedó inscrito por una máquina de escribir que tomó su confesión en el Ministerio Público del Estado de México. En medio de una trifulca entre ejidatarios del municipio de Atenco y policías estatales en el 2006, ella tomaba fotografías con su novio cuando los gases lacrimógenos la obligaron a correr.
Recuerda que una abuela abrió la puerta para dejar que varias mujeres entraran a su domicilio cuando los disparos irrumpieron la tranquilidad del poblado. Virginia, de entonces 18 años y estudiante de periodismo, agarró su cámara fotográfica con fuerza y alcanzó a entrar a la vivienda.
Los golpes y forcejeos de hombres armados, rompieron las ventanas y derribaron la puerta que escondía a Virginia y otras más. La joven relata que cuando la policía entró fue agredida y tocada sexualmente.
¨Me obligaron a taparme la cara con mi blusa, me quitaron el brasier¨, señala la estudiante de periodismo en su declaración ministerial. Los uniformados llevaron a Virginia y otras mujeres detenidas acusándolas de provocar e incitar los disturbios de ese día. Montadas en camiones donde continuaron los golpes, cachetadas y vejaciones sexuales, la universitaria narra que lo mejor que pudo pasarle ese día, fue llegar al penal.
El testimonio de Virginia, se suma al de otras 26 mexicanas que denunciaron haber sido agredidas sexualmente por la policía del Estado de México mientras llegaban a prisión. El gobernador de aquél entonces, es el actual Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Después de varias investigaciones y declaraciones como la de Virginia, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyeron en su reporte que durante las manifestaciones del 3 y 4 de mayo de 2006 donde participaron más de 200 personas, entre ellas 47 mujeres, más de la mitad, fueron víctimas de violencia sexual, tortura y vejaciones a manos de la policía mientras fueron detenidas.
"Ningún funcionario fue acusado de tortura. Un policía fue acusado del delito menos grave de actos libidinosos y otros 21 de abuso de autoridad, pero todos fueron absueltos en última instancia por falta de pruebas, consecuencia a su vez de una investigación llena de defectos. La Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA) realizó una nueva investigación, pero en 2009 la competencia fue devuelta a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), que no adoptó ninguna medida", se lee en el Informe sobre tortura realizado por Amnistía Internacional el mes pasado.
El documento del que Hechoencali.com tiene copia, relata que las sobrevivientes de la violencia sexual a manos de la policía en San Salvador Atenco, Estado de México, aún reclaman justicia. "Abandonadas por el sistema de justicia mexicano, han recurrido al sistema interamericano de derechos humanos" logrando la detención de dos policías hasta la fecha.
La mayor parte de los casos que Amnistía Internacional ha documentado sobre tortura sexual, las víctimas son mujeres si es que sobreviven para contarlo.
El Instituto Nacional de las Mujeres, señaló recientemente que una de cada cinco mujeres es asesinada a manos de su agresor. "La violencia contra las mujeres es una forma de tortura, no sólo por la crueldad y brutalidad de los actos que se infringen, sino por el grado de sufrimiento y afectación sobre las víctimas, que en muchos de los casos puede desencadenar en feminicidios", afirmó Pablo Navarrete Gutiérrez, coordinador de Asuntos Jurídicos de INMUJERES.
En medio de su participación en un foro sobre violencia de género, Navarrete reconoció que en los últimos años, se ha incrementado la crueldad y brutalidad con la que se comenten actos de violencia contra las féminas. "Mientras los homicidios masculinos se cometen con armas de fuego, en el caso de las mujeres es más frecuente el uso de medios más crueles, como ahorcamiento, estrangulamiento, sofocación, ahogamiento e inmersión", reconoció el funcionario.
Para entender el tema de la tortura de género, Amnistía recomienda entender que en México como en muchos países, existe una discriminación de género arraigada donde "las mujeres y niñas son sometidas a menudo a discriminación, exclusión y abusos de poder", señala el organismo internacional.
"Las mujeres son especialmente vulnerables a la tortura sexual cuando están bajo custodia, y sin embargo las detenidas son recluidas en bases militares e instalaciones policiales a cargo de agentes varones sin que existan medidas efectivas que garanticen su seguridad física frente a los ataques y las humillaciones de carácter sexual. El trauma infligido a estas mujeres, combinado con la falta de acceso a una atención médica inmediata, imparcial y sensible al género, hace muy difícil que denuncien", precisa el último informe sobre tortura publicado recientemente.
El INMUJERES reporta que en el caso de tortura contra las mujeres, se usan objetos cortantes tres veces más peligrosos que en los asesinatos de hombres y la proporción en que las mujeres son envenenadas o quemadas con sustancias diversas o con fuego, triplica la de los varones.
La muerte de JY
La noticia pasó casi inadvertida. La prensa nacional no la rescató, menos la televisión mexicana.
El lunes pasado, mientras padres de los 43 estudiantes normalistas llegaban al Distrito Federal para sostener un encuentro con el Presidente Enrique Peña Nieto y saber del paradero de sus hijos, JY fue encontrada sin vida.
La prensa habló del hallazgo de una mujer de escasos 25 años arrojada en la carretera federal México-Cuautla. Las huellas de tortura eran evidentes. La fotografía de JY de espaldas y con un tatuaje en forma de corazón, dieron pistas a sus familiares para reconocerla.
Los moretones en la espalda, brazos y torso, se dejan ver en la imagen. Algunos periodistas que alcanzaron a llegar al lugar de los hechos, señalaron huellas de un posible ahorcamiento o estrangulación.
La averiguación previa, revela que JY fue ahorcada, le quitaron la ropa para que no pudieran identificarla rápidamente y fue arrojada desde un vehículo en movimiento. Del o los responsables del asesinato, no hay pistas hasta el momento.
El paraje donde fue encontrada a JY, pertenece a Chalco, Estado de México, departamento mexicano donde Virginia fue víctima de violencia sexual en San Salvador Atenco. Hasta el 2011 más de mil asesinatos de mujeres se habían documentado en la entidad. Hoy el Estado de México, supera incluso, las cifras de las muertas de Ciudad Juárez en el norte de Chihuahua.
En México todos los días asesinan a 6 mujeres en promedio. Cada día se asesinan a 6.4 mujeres. "El problema de los feminicidios y violación a los derechos humanos en México alcanza niveles de "crisis", advierte el informe De sobrevivientes a defensoras: Mujeres que enfrentan la violencia en México, Honduras y Guatemala elaborado por la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel que en el 2013 visitaron México para investigar este tipo de crímenes.
En estados como Chihuahua, el número de asesinatos contra mujeres es 15 veces más alto que el promedio mundial y el 95 por ciento de los casos quedan impunes según datos del informe y de la Organización de las Naciones Unidas.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha ordenado a México que elabore protocolos y procedimientos sensibles al género para investigar la violencia sexual. Los llamados de las Cortes y de organismos defensores a los derechos humanos, se han tomado como un llamado a misa.
México torturador: primera parte
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