Noviembre 11 - 2022

Por Laura Cruz 

Los años 90. En Cali la vida cambiaba como los ritmos de una salsa. Si el país estaba atravesado por hechos demenciales, La Sultana del Valle ganaba en el orden de lo incoherente y demencial. Rumba y salsa, como sinónimos, palabras repetidas. La bonanza del perico, Aguadelulo, el cartel de Cali; Grupo Niche y el Gran Combo de Puerto Rico. Mucha gente desplazada. El rap que iba llegando. Invasiones. Pool Aundrui, doce años, flaco, negro, cabello apretado. Parado en el semáforo de la 50, detrás de donde hoy está Cosmocentro.

“Cuando terminé de cantar, el hombre que iba en el carro me aplaudió. Creo que me dio un billete azul de mil pesos. Yo con el aplauso quedé más enamorado de la música que cualquier otra cosa”. Pool nació con el nombre equivocado, pero eso sí, con la berraquera bien puesta. Por eso a los doce años de edad, cuando ni en Siloé ni en su casa la vida era fácil, salía a cantar rap a capela en los semáforos. No llevaba parlante, entonces tenía que cantar ventana por ventana en los carros.

Por ese tiempo su repertorio era la música de Canserbero, Big Boy, Vico C. En ese tiempo las mujeres solo eran las coristas de un montón de músicos en su mayoría eran machistas. Y además blancos, lo más parecido a un músico negro era Michael Jackson, sin embargo, Poll noentendía nada de las letras en ingles. “Yo era una pinga, todo flacucho, un mocoso cantando en la ventana de una Toyota, de un Renault 18. Parce, en ese tiempo estaban los carteles de Medellín y de Cali, así que la plata aquí sobraba. Si me iba mal yo me traía 50 mil o 60 mil pesos”.

"Los primeros meses la plática se fue en mecato, porque yo no pensaba en nada, pero mi tía Edilma, que es una de las personas más cuerdas que me he cruzado en la vida, me dijo que ahorrara para el estreno de navidad, ella me guardaba la plata, porque generalmente en diciembre, (sic) pues mi papá estaba en otras cosas, no teníamos estrenos, nos compraba la ropa que no nos gustaban o el juguete no nos llegaba."

El primer diciembre se ganó una pela. Se fue con casi 300 mil pesos al centro. Les decía a sus hermanas “cojan lo que quieran, pidan lo que quieran, hagan lo quieran”. Una muchacha de Siloé comprando ropa sola en el centro y con mucho dinero. Compraron la ropa del 24, del 31 y de Reyes. Comieron lo que quisieron y como Poll tenía un poco más de calle, dejaba los paquetes a guardar y luego volvía por ellos. Todo gracias a las líricas del rap, al talento y a que nunca le ha tenido miedo al mundo.

Trabajando en los semáforos duró apenas tres años. Venían camionetas y varios hombres le decían que se subiera, que yo le gasto. En ese tiempo todavía tenía apariencia de niña. Entonces decidió cortarse el cabello, ponerse ropa más ancha. Entonces cambió la jugada porque venían otro tipo de hombres buscando niños. Ahora era el morocho, entonces decian “venga negrito, venga le digo, que lo llevo”. Entonces Poll abandonó su trabajo.

Poll vive en Brisas de Mayo. En un terreno que su mamá invadió. Primero lo convirtió en un rancho y poco a poco fue construyendo la casa. “Porque mi papá no fue que escarbara mucha tierra, como se dice”. La familia de Poll llegó junto a otras familias desplazadas a Siloé.

Para llegar a su casa, hay que ir hasta el Centro Cultural y luego subir varias cuadras. Uno se encuentra con un pequeño laberinto, y luego llega a un riachuelo. Después un callejón sin salida que tiene baldosas rojas con blanco, antes de llegar en unas letras grandes dice Poll Andrium.

“Andrew. Me lo decían de chiquito, un primo y un vecino con el que trabajaba en construcción, todo el tiempo me llamaban así. El anterior nombre no me gusta, ya no existe”.

Pool se quería cambiar el nombre a los once años, se quería llamar Leydi Óscar, por una serie que vió, tenía los nombres de ambos géneros. Ya que se identifica como no binario. Esto lo lleva también a la música, aunque ama el rap, si escribe una canción y el tema queda como reguetón, no le importa. Es lo que diga la música, no él.

Muchas personas que están en el ámbito de la música lo critican por cantar otros géneros diferentes al rap. Pero Pool ha escuchado muchas veces que está loco, como cuando quiso cambiarse el nombre. Lo logró a los 39, por medio de la Fundación Santa María. Para Poll fue simple en términos del procedimiento y el dinero, pero es consciente de que si una persona negra, trans, diversa o no binaria, se encuentra en una situación económica muy difícil, este proceso se puede demorar años. A pesar de que a él le pagaron, también dice que tuvo que enfrentar un montón de mierdas como los trámites y la burocracia, sin embargo, lo logró y hoy legalmente se llama Poll Andrium Landazury, persona diversa, no binaria, cantante de rap.

Comenzó a escribir cuando tenía 14 años, aprovechando el Centro Cultural. En ese momento en su barrio se rapiaba mucho, sobre todo los chicos que eran sus amigos. A punta de esfuerzo se abrió paso: “eh, parce, pero ustedes son muy chimbos, no quieren cantar sino ustedes no más”. Le dijo a su amigo, entonces de tanto insistir, terminó por ceder y decirle que se consiguiera un grupo de peladas para que cantaran, que él les ayudaba con la música y así nació la primera canción.

Esta canción ni siquiera es mía. Nació de un grupo que se llamaba Poder Femenino. “Cantaba Jacqueline Renteria, la medallista olímpica, cantaba otra hembra que le dicen la india, y otra chica que se llama Marcela. Cada una escribió un fragmento, pero luego las muchachas se enamoraron, consiguieron marido y no pudieron volver a cantar, Jacqueline se volvió deportista de alto rendimiento, y pues yo me quedé con la canción”.

Por esos tiempos, Poll escuchaba música en diferentes parches. La Etnia y Cali Rap Cartel era lo que se escuchaba en las calles de Siloé, pero junto a la música venía la delincuencia, el consumo de droga. “Yo llegaba al parche mientras ellos metían bareta, me decían: negra cantate algo pues y me ponían a cantar”.

Poll se crió en un entorno donde veía que algunos familiares consumían, sus amigos también lo hacían, y decidió que no le gustaban al ver un montón de personas destruidas. Aunque no sabía que era una persona diversa, sí entendía que era diferente a todos los demás, entendía que no quería terminar en la cárcel ni el cementerio, que no se quería morir.

Dice que tiene un ángel. A los once años ya entraba a discotecas con parches de gente adulta. “Usted se imagina yo a los 11 años entrando a una discoteca, lo primero que dijo el portero no, usted está muy chiquita, no puede entrar y él que estaba atrás mío saca una nueve y dice va pa dentro, yo respondo por ella. Yo me emrumbaba, tomaba alcohol y llegaba borracho a mi casa a los 11 años, porque era el contexto, (sic) y el alcohol, mi papá me daba trago desde los tres años en mi casa”.

A pesar de la rumba y el licor, entendió muy pronto que no se podía quedar en ninguna casa, había escuchado rumores de alguna pelada que se emborrachaba y se quedaba donde un amigo, terminaba siendo violada. Poll era de escuchar, de no hablar mucho, solo de observar. Dice que de no ser así no hubiera llegado a los 43 años.

“Mis parceras un poquito más grandes que yo, la finadita Rosa, La Muda, si las nombro a todas no acabo. Peladas con las que me crié y eran unas berracas, pero ya están muertas. Eran duras pa pelear con los manes, unas duras para dar cuchillo, pero el mismo consumo. La vida misma. Las mismas cosas, se las llevó”.

Poll dejó de cantar casi cuatro años. Cali, su desenfreno y la noche lo envolvió. No estudiaba, no trabajaba. Andaba de fiesta en fiesta, no tenía que trabajar tanto porque sus amigos tenían dinero. “Eran malandros y ganaban bien. Entonces gastaban. Creo que fue el momento de loquear y ya”.

Cuando volvió a cantar lo hizo con más fuerza, entendió que no podía seguir cantando música de Vico C, de hombres que muchas veces tenían letras violentas y machistas. Empezó a asistir a grupos feministas. Pool aprende más escuchando y viendo videos que leyendo. Comenzó a hablar con personas negras, a escuchar sus vivencias y entendió que el racismo lo tocaba. Que los feminicidios eran sistemáticos, que a las mujeres lesbianas las persiguen. Luego se enteró del asesinato de Rosa Elviras Celis. De esa reflexión salió la canción, Novias Ausentes.

Exploró y siguió escribiendo y le salió un beat como reggaeton, de allí nace Chica Problema, nna canción que para Poll tiene un mensaje muy especial, sin embargo, una vez la cantó en un evento de rap, y los puristas de la música se le vinieron encima.

Pero Poll se defiende y dice que es un artista urbano. Transita en la música como transitó de género. Su camino es el rap pero si le sale una letra que va más con otro género también lo canta. Sale de su zona de confort. Hace lo que dice la música. Sus principales temas son la diversidad, las mujeres y uno que otro tema que tiene sabroso para bailar como Paupérrimo.

A la diversidad le compone música y le canta porque lo atraviesa. Pool es el mayor de seis hermanas .”Yo soy su hermana, entre comillas, porque yo de hermana no tengo un pelo, siempre fui el hermano en la casa, desde chiquito. Desde los ocho años sé que soy bien marica, pero mi mamá dice que desde los cuatro a mi me ponia vestidos y yo me iba a jugar y volvía en calzones. Entonces mi mamá entendió y me dejaba con mis pantalonetas”.

En el colegio no se identificaba como lesbiana, pero si un niño trataba de enamorarla, ella le decía: papi no se porte así, que a mi me gustan las niñas. Siempre tuvo esa claridad, entonces cuando empezó con la música notó que las canciones que hablaban de diversidad eran cantadas por gente blanca. Una canción de amor entre mujeres cantada por un man. Entonces decidió que ese era un tema que le correspondía cantar. Para Pool las letras de las canciones permiten que un hecho no se olvide. La música como memoria.

Poll estuvo en la rotonda de Siloé cantando durante el Estallido Social. Desde allí, pudo observar que el racismo que vivió en el colegio por parte de una profesora continúa en la sociedad, ya que a las personas negras muy pocas veces se les escuchaban a pesar de su experiencia. Al final, los que terminaban tomando las decisiones eran hombres blancos.

***

Poll no está tan preocupado por grabar discos ni por la fama. Él tiene varias letras de canciones guardadas en su cuarto, cinco temas grabados. Una guitarra acústica, una eléctrica. El sabor que no se lo quita nadie. La rebeldía que se necesita para componer. La fuerza que está en su voz. La dicha de haber cantado en varios lugares de Cali y un viaje que hizo por Panamá.

En su brazo derecho, tiene tatuado su nombre. En su cuerpo lleva una nota músical. También lleva a sus ancestras. Tiene tatuado el nombre de su abuela, bisabuela y de su madre. Para Pool, el rap es “una forma de salvar vidas''. Otra forma de hablar, de poder decir que el mundo es una mierda. También de decir que la vida aguanta un resto. El rap es una forma de memoria, de verdad”.

La puerta de su cuarto tiene su nombre: Poll Andrium Landazury, una nota músical, máscaras de teatro, personas bailando. Una puerta que parece más un mural, un manifiesto. Uno la ve y comprende quién es Poll.

 
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