Noviembre 4 - 2022
Por Jorge Luis Galeano Bolaños
Primera historia de la serie periodística: El Rap, mapa urbano de Cali. Iniciativa ganadora de la Convocatoria Estímulos 2022 de la Alcaldía de Cali. En ella, conocemos a Mariana Orozco quien, en la escena del rap, es más conocida como Mariana Insurrecta. Bienvenidas y bienvenidos
Insurrección: “Sublevación de un colectivo contra la autoridad” y en sus palabras la sublevación es clara, es evidente y por eso se hace llamar así: insurrecta. “Nunca más estaremos sometidos. Aguante a los barrios, a la memoria de los caídos” grita no sólo con su boca, sino con sus manos que se mueven como si les mostraran el camino que deben seguir para llegar a su objetivo: los oídos de todo el mundo.
Cierra los ojos, toma más fuerza y lanza: “…por los cuerpos de los compas que flotaron en los ríos” Y esa es su insurrección: no quedarse callada, no silenciar la rebeldía.
Tiene 19 años y ha recorrido Colombia desde Segovia en Antioquia hasta Cali. Ese camino, sin embargo, ha sido obligado y como el de muchas familias del país, derivado del conflicto armado. Allá fue asesinado su padre y ello forzó a su familia a desplazarse. Vivir eso en carne propia se refleja hoy en lo que escribe, lo que canta, lo que denuncia con fuerza.
Ella llegó a la capital del Valle cuando tenía 4 años y nunca más se ha ido de acá. Recorrió varios sectores de la ciudad, entre ellos, una invasión en el Jarillón del río Cauca. Me cuenta eso y enfatiza “Este es un punto importante porque es aquí en donde inició mi conexión con la música”. Y sí es importante porque en esa zona de la ciudad, se llevaban a cabo programas sociales con énfasis en lo cultural que le abrieron el camino para que Mariana descubriera, por ejemplo, el freestyle o las batallas de rap en las que se improvisan las letras.
“Yo no participaba porque era muy niña y, digamos, porque la mujer ahí no era muy bien vista” y entonces, se dio cuenta que eso era lo que quería: una mujer enfrentando a un hombre en una de esas batallas “porque no veía niñas. O sea, las veía, pero estaban sentadas mirando”. Pero también se dio cuenta que esas batallas no eran su fuerte. Que en la improvisación no podía expresar claramente y con contundencia todas las inquietudes, preguntas e inconformidades que le generaban la realidad que veía y vivía. Descubrió, entonces, que sus aliados iban a ser la hoja de papel y el lápiz.
Todo esto lo cuenta desde el cuarto de su casa materna mientras ojea ese cuaderno que contiene muchas de sus composiciones. En realidad, esa es la razón para estar ahí: en esas hojas está su memoria musical, ahí están las primeras sílabas, frases, oraciones de lo que algún día serían himnos a la rebeldía, a la resistencia.
Pasa una a una la página y es como un viaje en el tiempo, como un testimonio de su evolución como rapera. Esas letras y papeles guardan líricas que nunca musicalizó, que nunca mostró a nadie. Ahí está, por ejemplo, Barricada, una composición inspirada en el asesinato de Javier Ordóñez en 2019 y que generó el inicio del Paro Nacional en Colombia antes de la pandemia.
Y esos sucesos colectivos hicieron que las líricas escondidas entre las páginas de ese cuaderno, empezaran a golpear los oídos de la gente en Cali. En 2020 las redes sociales fueron sus aliadas para que las denuncias sobre el aumento de los feminicidios y el asesinato de líderes sociales, retumbaran en las calles de la ciudad. Es natural: esos episodios no podían pasar desapercibidos para Mariana que, para ese momento, era sólo Mariana Orozco, pero cuando la gente escuchó ese beat combinado con letras fuertes que desde su pecho salían para cantar, gritar, hacer pensar: “...esto no es mentira, no son falsedades. no. Día a día matan a líderes sociales. Hazle memoria a esto: los feminicidios que en cuarentena sus cifras han subido…” entendió que lo que ella decía venía de la insurrección y entonces llegó el complemento perfecto para su nombre: Insurrecta “Y sí, esa palabra significa lo que pienso y lo que digo…” dice ella aceptando ese “apellido” dado por la gente.
Empezó a ganar notoriedad y entonces, ese cuaderno se fue engordando con más insurrección, con más denuncia social, con más arte que grita y reclama justicia. Hoy, ese nombre es clave para ella, pues nada se calla, nada se guarda para sí misma “desde el arte o desde las calles” remata ya fuera de su casa y a punto de presentarse en marco de la semana del Hip Hop, un evento que se hace cada año en Cali. Se ganó ese espacio. Sus actuaciones, su fuerza para transmitir sus ideas ya le dieron un lugar en el Hip Hop local. Las personas que la escuchan, corean y siguen su música con lentos movimientos de brazos y así son cómplices de esa insurrección.
El paro del 2021 también fue clave y las hojas de ese cuaderno ya no alcanzaron para sostener todo lo que Mariana tenía por cantar. Como en el estallido, sus letras explotaron en su mente, salieron de su boca, fueron amplificadas por micrófonos, por la calle, por la gente y acompañaron a miles de jóvenes que encontraron en el rap de la insurrecta, una interpretación de su sentir. Se dejó oír con “...hacen las masacres y aquí las justifican. Gente, dizque creyente, y a su pueblo crucifica…” y así, desde el arte acompañó una causa que cree justa.
Ella es heredera de lo que en los 90 apenas crecía en Cali: el rap, el hip hop. Y aunque es muy joven para haber vivido esos primeros pasos, tiene en su sangre la esencia de este arte: la denuncia, la resistencia, la búsqueda de un lugar en la sociedad. Su experiencia de vida se refleja en sus líricas y éstas, a su vez, reflejan lo que vive diariamente. Ella es su música y su música es ella. Por eso, si preguntan por ella, les dirá:
Pueden seguirla en instagram Mariana_insurrecta
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