Agosto 19 - 2022 

Por Laura Cruz

¿Por qué es importante entender la Reforma Tributaria? Es decir, la economía que gira en torno a la tributación y cómo esto tiene una implicación directa en el ejercicio pleno de los derechos humanos. Fue uno de los temas que pudimos dialogar con Diego Carrero Barón, economista y magíster en Estudios Políticos e investigador del Centro de Pensamiento de Política Fiscal.

La Reforma Tributaria propuesta por el Ministro José Antonio Ocampo pretende ajustar las reglas a partir de las cuales se recaudan impuestos, es decir a quién se le va a cobrar. Y esto es importante puesto que, a diferencia de la Reforma del exministro Carrasquilla, la del nuevo Gobierno busca generar condiciones para luchar en contra de la desigualdad entre las personas porque, entre otras cosas, no toca el IVA de los productos básicos de la canasta familiar entre los que no están los productos azucarados o ultraprocesados, sino que apunta hacia el ingreso de aquellas personas que ganan más de 10 millones de pesos mensuales.

Para Diego Carrero, el crecimiento económico no siempre significa bienestar para la gente del común y como ejemplo pone a México, donde a partir del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la economía creció, pero en deterioro del bienestar de muchos sectores de la sociedad. El investigador dice que la economía es una ciencia social que afecta el día a día de millones de seres humanos. “Entonces aquí hay una ruptura con la idea clásica de economía: que una cosa es la economía, otra la democracia, y otra el desarrollo. Sin embargo, no es así. Uno no puede decir que una sociedad está bien en términos económicos cuando se presentan unos niveles de desigualdad grandísimos, cuando se está depredando el medio ambiente, cuando el progreso se está haciendo sobre una explotación de la fuerza del trabajo, creo que un caso que evidencia eso es la explotación a las mujeres”.

Lo anterior, afirma Carrero, quiere decir que la economía va de la mano de la protección de los derechos humanos, por lo que las medidas que se tome en ese sentido deben ir hacia la protección de la población menos favorecida, sobre todo en economías emergentes como la colombiana. Eso implica, entonces, fortalecer la democracia para garantizar los derechos, y la forma de hacerlo es creando políticas sociales encaminadas a la disminución de la desigualdad.

Algunos números

El valor que se pretende recaudar es de 26 billones de pesos al año, es decir, el 2.2 por ciento del producto interno bruto, PIB, pero su propósito es llegar al 2026 a garantizar un recaudo anual de 50 billones de pesos, es decir cinco puntos del PIB.

Pero ¿Por qué el Gobierno se está poniendo esta meta? Para esto es bueno saber que el promedio de recaudo de Colombia es 5 por ciento menor que en el resto de América Latina y un 14 por ciento menor a los países afiliados a la OCDE. Esta disparidad se presenta porque el país tiene excepciones tributarias que no hay en ninguna otra parte del mundo.

Esta situación se presenta porque tan solo el 1 por ciento de la población más rica del país concentra más del 20 por ciento de lo que produce la economía nacional. Ese 1 por ciento, también, tiene excepciones tributarias en más del 85 por ciento de su ingreso, es decir, no pagan impuestos.

Las bebidas azucaradas

Respecto a las declaraciones del exsenador Jorge Enrique Robledo en las que afirma que el impuesto a las bebidas azucarada y ultra procesadas es regresivo, Diego Carrasco, señaló que de todos los impuestos, este es del que menos se pretende recaudar porque busca cero consumo, es decir, va encaminado hacia la salud pública y como estos productos no son de la canasta familiar, no afectan la capacidad de consumo de la población de la clase media y baja, en otras palabras, no puede llamársele regresivo. Además, esto servirá para que estas industrias mejoren la calidad de productos que terminan en la mano del consumidor.

¿Se logrará?

El gran reto, para Carrero, es la transformación de la matriz productiva, es decir la manera en la que hoy en día producimos bienes y servicios. En ello están, por ejemplo, las condiciones laborales de los más de 20 millones de trabajadores y trabajadoras de Colombia. Entonces el gran reto que tiene el país es transformar su matriz productiva, cambiar la forma en que se distribuye la riqueza y realizar políticas que equilibren un poco la balanza.