Noviembre 23 - 2020
Por Laura Cruz
Hace un año las calles del país se llenaron de arengas, de carteles, de camisas y cacerolazos que se gritaban y agitaban por centrales obreras, el magisterio, partidos políticos, estudiantes. La marcha convocada por el comité del Paro Nacional tuvo tanta importancia que aistió el ciudadano de a pie, el del barrio, la madre cabeza de familia, el obrero que tuvo que ver cómo se extendieron sus horarios laborales sin ninguna remuneración extra.
Sin embargo, la falta de empleo y la desigualdad marcada que vive Colombia no fueron las únicas causas de la marcha, también la reforma laboral, el asesinato de líderes y lideresas sociales, la falta de implementación de los Acuerdos de Paz, la reforma pensional, el holding financiero, las privatizaciones de empresas públicas, la corrupción y muchas otras. Todo ello abonó el terreno para alimentar a las protestas del año pasado durante las cuales, el gobierno utilizó medidas como el toque de queda y sembró terror por medio de las redes sociales para que las marchas terminaran en disturbios.
La marcha del 21N fue noticia a nivel mundial, y muchos analistas políticos señalaron que era el principio de un cambio para el país y que las protestas podrían compararse con los movimientos sociales que se estaban dando en Latinoamericana, sin embargo, al pasar los meses y hoy, un año después, vemos que aunque hubo marchas, las protestas disminuyeron de forma significativa.
Marcha del #21N de 2019 en Cali
El detrimento de la protesta social de Colombia no es porque los ciudadanos tengan más garantías en sus derechos o no crean en el derecho a la movilización, la primera razón se da porque desde el primer día de la movilización social, el gobierno la criminalizó y llenó de miedo a los manifestantes y a sus familias, la segunda es que la fuerza pública ha asesinado a civiles y por tanto los manifestantes no se sienten seguros en las calles. Una de las muertes más emblemáticas fue la de Dylan Cruz el 23 de noviembre del 2019, un joven estudiante que recibió un disparo por parte de un agente del Escuadrón Antidisturbios de la Policía de Colombia -ESMAD-
Ese, sin embargo, no fue el único caso y las redes sociales y varios medios de comunicación, especialmente independientes, registraron muchas denuncias de abuso policial en marco del paro: golpes, disparo, detenciones arbitrarias, torturas y otras prácticas atentatorias a los derechos humanos.
La tercera razón es el Covid 19 que ha hecho que no sólo en Colombia las manifestaciones disminuyan, sino también en latinoamérica puesto que el contagio y la falta de respiradores aterran a los ciudadanos.
Un cuarto punto es que el gobierno ha monopolizado los grandes medios de comunicación, por ejemplo revista Semana y por último, pero no menos importante, el día sin iva que de manera estratégica el gobierno,puso en la misma fecha en la que se programaron las manifestaciones ciudadanas.
Lo anterior demuestra no una derrota para las manifestaciones, sino un triunfo de las mismas ya que hace un año lograron que Iván Duque modificara muchas reformas que ya eran un hecho, como la pensional y la laboral. Por otra parte, el hecho de que el Gobierno tenga que usar estrategias como la intimidación a través de la fuerza pública o de rumores de tomas de unidades residenciales, denota los cambios históricos que se pueden dar desde las movilizaciones como ya lo demostraron Ecuador, Chile, Perú y Guatemala, por lo que las movilizaciones deben seguir y de manera pacífica porque como dijo Gaitán " el pueblo es superior a sus gobernantes"
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