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Violencia sexual: ni silencio ni olvido

Violencia-contra-MujeresLa violencia sexual contra las líderes de derechos humanos en Colombia sigue siendo usada como arma de intimidación, para evitar que ellas lleven a cabo su trabajo de empoderamiento en derechos humanos a la comunidad. El caso más reciente en Cali sucedió el 24 de enero, cuando una defensora de derechos humanos fue víctima de ese delito. Aquí los detalles del hecho, relatados por otra líder que trabaja desde la fundación Dhefensoras. 

Violencia sexual: ni silencio ni olvido 

Violencia-contra-Mujeres

Enero 30 - 2017

Por Jorge Luis Galeano

La violencia sexual contra las líderes de derechos humanos en Colombia sigue siendo usada como arma de intimidación, para evitar que ellas lleven a cabo su trabajo de empoderamiento en derechos humanos a la comunidad. El caso más reciente en Cali sucedió el 24 de enero, cuando una defensora de derechos humanos fue víctima de ese delito. Aquí los detalles del hecho, relatados por otra líder que trabaja desde la fundación Dhefensoras.

 

Luz Erika ya había sido víctima de violencia sexual antes. Debió salir desde Buenaventura, precisamente, por sufrir ese delito. Se fue a Bogotá en donde se vinculó a dos organizaciones sociales de comunidades negras: Cimarrón y Afrodes en las que inició un trabajo de liderazgo. Sin embargo, la aparente tranquilidad no duraría mucho, pues recibió un panfleto que la obligó, nuevamente, a desplazarse forzadamente del lugar al que había empezado a llamar hogar.

Huyó a Ecuador en donde su pesadilla no terminó, pues los autores de las amenazas llegaron hasta allá para hacerle saber que fuera del país, tampoco estaría a salvo. Finalmente, decidió refugiarse en Cali, donde encontró trabajo y la Unidad Nacional de Protección le entregó un esquema de seguridad. Pese a ello, nuevamente fue presa de los violentos. 

Pero la agresión no solo fue física, pues le robaron el chaleco antibalas y además, le exigieron el pago de 2 millones de pesos para evitar un atentado contra ella y sus hijas. Yovana Sáenz, creadora de la Fundación Defensora de Derechos Humanos de Mujeres Víctimas de Violencia Sexual -Dhefensoras-, no puede saber o confirmar si los hombres que la atacaron en Cali, pertenecen a algún grupo armado ilegal relacionado con el paramilitarismo, pero afirma que la tenían amenazada desde octubre de 2016.

Violencia sexual Colombia

La violencia, dice Yovana, no solo se expresa en actos como el que afectó a Luz Erika, sino en la actitud de algunas personas trabajadoras del Estado, que aún buscan culpar a la víctima de lo sucedido, pues en el caso de Luz Erika afirma que una de las cosas que se escuchan permanentemente es "¿por qué si estaba amenazada, la mujer seguía viviendo en el mismo lugar?" Yovana se pregunta: "¿A dónde se va a ir? ¿Debajo de un puente?", y si bien tiene familiares en Cali, irse a vivir con ellos los pondría en riesgo.

En ese panorama de agresión y hostilidad, las armas que tienen para luchar en contra del olvido y la impunidad es su propia voz, contar lo que les sucede a las mujeres líderes sociales en Colombia y para ello la organización Dhefensoras hace alianzas con organizaciones profesionales expertas, como la Corporación Sisma Mujer y la Fundación Casa de la mujer, entre otras, que les ayudan a entender sentencias, decisiones judiciales y demás, que les permita empoderar a las mujeres víctimas, con el objetivo de que ellas sepan cómo reclamar sus derechos y evitar que sus historias, similares a la de Erika, caigan en el olvido y luego, en la impunidad.

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