Plan Jarillón de Cali: la vida es prioridad
El Plan Jarillón de Cali es un megaproyecto de reasentamiento de 6 mil familias que habitan el Jarillón del río Cauca en Cali que contempla no sólo el traslado, sino un fuerte trabajo social y económico, además de obras de reforzamiento del dique para evitar una tragedia en la próxima ola invernal. Primera entrega de la serie.
Plan Jarillón de Cali: la vida es prioridad
Abril 14-2014
Por Jorge Luis Galeano
El Jarillón
La mayoría de los asentamientos ubicados a lo largo del Jarillón del río Cauca tiene nombres que evocan a la paz, la reconciliación, la esperanza: Brisas de Nuevo Amanecer, Nueva Ilusión, Brisas de la Paz, etc. Reflejan el anhelo de sus habitantes por dejar atrás todo aquello que los obligó a llegar a esos lugares. No siempre lo logran y muchas de esas sombras los persiguen. Buscar refugio, entonces, se vuelve en la más importante y única prioridad. Tal vez por eso, zonas como el Jarillón del río Cauca, no aptas para ser habitadas, se llenaron de casas y ello, lejos de ser una solución, se ha convertido en una seria amenaza para toda la ciudad.
El Jarillón es la estructura que protege la orilla derecha del río Cauca en Cali, pero que por la acción humana y de la hormiga arriera, se ha debilitado incrementando el riesgo de una inundación. Se construyó en 1958 para mitigar los efectos de una creciente que hoy en día podría afectar a más de un millón de caleños y dejar sin agua al 80% de la ciudad.
"Allí, en la zona del Jarillón que está habitada, estamos trabajando con el gobierno Nacional para realizar una serie de obras de reforzamiento de la estructura para darle mayor seguridad al Oriente de la ciudad" indica Rubén Darío Materón, director (e) de la CVC. Pero para poder llevar a cabo dichas obras, se deben reasentar alrededor de 6 mil familias que a través de los años, han hecho del Jarillón del Río Cauca su hogar.
Gráfico en: www.ccc.org.co
Un nuevo hogar
Algarabía, gritos, movimiento de un lado a otro, destrucción de ranchos. Todo bajo un sol inclemente posado sobre 81 familias de Brisas de la Paz, un asentamiento humano de desarrollo incompleto en el oriente de Cali. El revuelo, sin embargo, no es augurio de malas noticias. Todo lo contrario. Es el inicio de una nueva vida para ellas. Una llena de promesas, de esperanza, de fe.
Brisas de la Paz, un lugar con una paz relativa "Cuando llegué aquí, tuvimos muchas incursiones de encapuchados con armas que querían sacarnos" dice una de las líderes del asentamiento. Su llegada al sector se dio por las mismas razones que las del resto de las personas que lo habitan: o no tenía dinero para seguir pagando arriendo o la violencia del conflicto la lanzó del campo a la ciudad o la urbe y su violencia la expulsó de su casa.
Hoy, sin embargo, dejar su casa no supone lo incierto. Y aunque debe irse para proteger su vida, lo hace para mejorar sus condiciones. Pone mesas, camas, televisores, sonrisas y esperanzas en los camiones y volquetas listos para el trasteo. Deja una zona en donde la inseguridad, el microtráfico, las pandillas y el río son una amenaza constante. Va a uno de los sitios dispuestos no solo como solución habitacional, sino social y económica.
Y como la mayoría de las personas, el hecho de que su presencia y la de otras 6 mil familias haya debilitado 17 km del Jarillón nunca pasó por su mente. Entre ellas, no hay conciencia de que rellenar con material inadecuado tiene algo que ver con que, algún día, el Cauca se desborde y cause una tragedia.
Llano Verde
Los camiones y volquetas van llegando. La gente entre gritos y sonrisas baja una a una sus pertenencias. Antes que nada, entran a su nuevo hogar. Alegría, aunque también algo de nostalgia por ese lugar que pese a las difíciles condiciones, fue su hogar, en muchos casos, por más de 30 años "Allá crié a mis hijas" dice Francisca, una de las recién llegadas a Llano Verde, a donde 798 familias que habitaban el Jarillón del Río Cauca serán reasentadas y otras cuantas (301) llegarán a Potrero Grande.
En Llano Verde el ambiente es de expectativa, de alegría. Hay temores, claro. La gente no quiere llevar sus antiguos problemas a sus nuevos hogares: inseguridad, pandillas, microtráfico. Quieren empezar una nueva vida que no sólo implica cambio de vivienda, sino la incursión a la legalidad: pago de recibos, impuestos, etc.
"El proceso de reasentamiento lleva a que se resientan ciertos aspectos sobre todo desde el punto de vista social. Tratamos, entonces, de darles a las familias las herramientas para que se puedan adaptar a su nuevo entorno habitacional" dice Carlos Eduardo Lara, coordinador de Fortalecimiento Social del Plan Jarillón de Cali. El término usado en ese proceso no es reubicación, es reasentamiento. Para las familias, las palabras importan menos que la ilusión de que Llano Verde y las otras soluciones habitacionales, no reproduzcan los problemas de sus antiguos hogares.
Todas ellas conocen lo que sucede en Potrero Grande. En la actualidad, dicen las autoridades, la lección fue aprendida. No sólo es darle casas a un grupo de personas, es intentar cambiarles la vida.
Cifras
-El costo del proyecto es de 1,3 billones de pesos aportados por el Fondo Adaptación, la Alcaldía de Cali, la CVC y Emcali.
-6 mil familias que habitan el Jarillón del Río Cauca y las lagunas El Pondaje y Charco Azul deben ser reasentadas
-Hasta el momento, 402 ya han sido llevadas a sus nuevos hogares.
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