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Julio 6 - 2023 

MEVICO:

lucha por la Memoria y en contra del silencio

Por Laura Cruz y Jorge Luis Galeano

“Estar aquí construyendo tejido social es como si a Nico no lo hubieran asesinado, como si su lucha no hubiera muerto. Creo que eso es lo que me sostiene todos los días”, dice Laura Guerrero, quien lleva en la camiseta, el rostro de Nicolás, su hijo mayor. Así lo ha llevado durante dos años desde que salió al Paso de Comercio a una velatón en memoria de un joven asesinado y, presuntamente, un uniformado del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), le disparó.

Esta vez, la lleva puesta en marco de un evento de memoria en el que, justamente, se recuerda la vida de su hijo y la de Yinson Angulo, otro joven asesinado durante el Paro. Se les recuerda como lo que eran: alegres, creativos y trabajadores y por eso, como parte de las actividades, se pintan sus rostros en una caseta de la Cancha de la Escuela Kokiro, del barrio Floralia al norte de Cali. Se les deja ahí para que no sean olvidados. Sólo han pasado dos años de los hechos y aunque Yinson vivía a una cuadra, muchos de sus vecinos, ya no lo recuerdan. Esa es la lucha de personas como Laura y Gloria, mamá de Yinson: que nunca se olviden sus vidas y lo que pasó.

La Memoria Viva

Pasacalles

Laura Guerrero ya conocía el dolor por haber perdido a su esposo años atrás, sin embargo, el que le arrebataran a su hijo es, quizás, algo que no tiene nombre, como diría la poeta Piedad Bonnet. Quizás de allí, de las ganas de ponerle nombre, nace Memoria Viva Colombia. Puede ser como un antídoto contra el olvido.

Memoria Viva Colombia -Mevico- apareció tras el encuentro de familiares de jóvenes que fueron asesinados durante el Paro Nacional de 2021 en distintos lugares de Colombia. En Cali fueron 64, según la ONG Temblores. Estas familias se unieron con la intención de “permanecer recordando quiénes eran nuestros hijos, reivindicar sus nombres, sus luchas y sueños, su anhelo de un mejor país” dice Laura.

En estos momentos alrededor de 50 familias conforman Mevico. También hay varias organizaciones que han acompañado el proceso como el Observatorio de Paz, la Arquidiócesis de Cali, la Pastoral Social, el Centro de Paz Urbana, que ha sido un punto de encuentro para familiares y víctimas. Así mismo la ONG Nomadesc, ha trabajado de la mano con Memoria Viva Colombia y caminan con la Galería de la Memoria. Laura relató que la Galería de La Memoria es una muestra fotográfica itinerante que está siendo llevada a diferentes lugares de Colombia “porque la gente sabe que asesinaron 64 jóvenes en Cali, que tenían nombre, número de cédula, una familia detrás de él y eso hace que tengan rostros”.

Nico

Memoria Viva Colombia, ha iniciado una labor para conservar la memoria de aquellos que fueron asesinados en el Paro y también ha sido el refugio de varias madres que comenzaron a caminar juntas para exigir justicia, hacer memoria y abrazar al que quedó. Así mismo, para que nazcan nuevos liderazgos. “No podemos desconocer que muchas de las familias son de una condición socio económica muy difícil, que muchos de estos hijos traían el alimento a sus casas, ayudaban a sus madres con sus hermanos menores, entonces realmente creo que siempre va a haber la necesidad, de ayuda de una mano amiga en estos casos”, dice Laura, una de las fundadoras de Memoria Viva Colombia, quien también señaló que una de las madres que perdió a su hijo, padece cáncer y que el sistema de salud la revictimiza, ya que los medicamentos no le son entregados a tiempo.

Memoria Viva Colombia se ha convertido en un hijo más que nació después del mío. Con los otros cofundadores hemos acogido a aquellos lesionados, incluso viéndolos como la esperanza, el futuro lo que no tuvieron nuestros hijos, ellos quedaron en malas condiciones, pero nuestros hijos, no tuvieron ni siquiera la oportunidad, enfatizó Guerrero.

Los jóvenes que fueron lesionados no sólo enfrentan dolencias físicas sino emocionales, este tipo de situaciones hacen que hoy viven una realidad y es que muchos por la gravedad de sus heridas no pudieron volver a trabajar ya que enfrentan dolencias sumamente graves. Los fundadores de Mevico señalaron que: “tenemos lesionados que no pueden tener las tres comidas a veces ni siquiera una diaria, tomando medicamentos y que no pueden comprarlos”.

Desde Memoria Viva Colombia plantearon que no es lo mismo que alguien que trabajaba en logística y ahora esté en una silla de ruedas, son cosas bastantes pesadas de lidiar y eso desde lo psicólogo desde lo mental, desde lo físico que les cuesta mucho incluso ir a una cita médica porque no tienen para un bus y son personas que dos años después siguen lidiando con las consecuencias, tenemos personas con colonoscopia, en estado de discapacidad diferente por sus brazos, por sus piernas, la columna.

Uno de los casos que más ha despertado la indignación de la comunidad es el de Dudan Villegas que es uno de los sobrevivientes que en el 2019, recibió un disparo por parte de la Fuerza Pública que hizo que perdiera la movilidad, pero hoy gracias a la solidaridad de diferentes personas y de organizaciones como Mevico, va a viajar a Cuba para poder acceder a un tratamiento.


Memoria, empoderamiento y reivindicación

El caminar de las madres y familiares que hacen parte de Mevico les ha permitido no sólo exigir justicia, sino también empezar a sanar. “Entre nosotros es casi una especie de acicalamiento, porque el estado hizo presencia sí, pero para asesinar, para desaparecer, para violentar, pero no para reparar”, señaló Laura Guerrero. Cuando en la organización hablan de reparar no hablan sólo en términos económicos sino de reparación emocional y de salud mental, ya que la pérdida de un familiar de manera tan violenta es un proceso complejo, sumado a que las familias tienen que cargar con la revictimización: han llamado a los jóvenes vándalos, delincuentes, guerrilleros queriendo validar desde ese discurso de odio, el “enemigo interno”.

Gloria Estela Rodríguez, madre de Yinson Andrés Angulo, asesinado por el Esmad el 1 de mayo del 2021, quien hace parte de Mevico, resaltó la importancia del evento en el barrio Floralia, en donde, además de la pintatón, hubo una olla comunitaria con la que se construyó tejido social, además de un círculo donde se realizaron ojos de dios (tejidos). También hubo acompañamiento de circo por parte de la Maloca que nació en el Estallido Social.

Tejido

“A él le hubiera gustado que yo hiciera presencia donde se recuerda su nombre, donde se recuerda su memoria y esa es la idea: no dejar morir la memoria y para eso estamos: para seguir siendo la voz de aquellos que fueron callados” dice Gloria, quien también lleva una camiseta con el rostro estampado de su hijo. Ella se duele del olvido “lastimosamente Colombia es un país que no tiene memoria y al no tener memoria cometemos los mismos errores. El objetivo es que no suceda y no haya repetición de una masacre, de algo tan violento y tan fuerte como fue el asesinato de mi hijo y de los hijos de muchas madres más”.

Para Gloria “Memoria Viva Colombia ha sido una manera de empezar a hablar, a conocer a tratar a las otras madres y a saber que no fue solamente mi hijo”. Desde la organización, ella ha podido sanar, empoderarse y viajar. Hace poco fue a un intercambio a Costa Rica, en el cual pudo aprender en diferentes talleres y escuchar diferentes testimonios.

Yinson

“Allí aprendí que aquí no hubo guerra, pero sí una masacre. Nuestro país es un país que no nos permite tener derechos y cuando tratamos de reclamarlos nos callan. Ese país nos enseñó que nosotras tenemos derechos a alzar nuestra voz. Fuimos a dar a conocer quiénes somos y a quienes representamos”.
Gloria espera que la muerte de Yinson, que eternamente tendrá 23 años, no quede en la impunidad, ya que ´el negro´ como le decían, sólo se dedicaba a trabajar en Emcali, a animar en las buenas y malas a su América del alma junto a su abuelo, quien murió, dice Gloria, de pena moral por su querido nieto, sólo un mes después del asesinato de su nieto.

“Hay un proceso judicial. Ellos dicen que estamos trabajando, pero uno quiere resultados porque les recuerdo que mi hijo no murió, mi hijo fue asesinado por la Fuerza Pública y así como el caso de mi hijo hay muchos”.

Por la dignidad de la memoria

En cuanto al nuevo gobierno y a los políticos que vienen realizando campañas a nivel territorial, Laura Guerrero fue enfática en afirmar que, en el furor del Estallido Social, muchos políticos utilizaron la bandera de los chicos para las campañas pero que después de ser elegidos no han vuelto a aparecer. Incluso dijo que “caminamos de la mano con Francia Márquez quien es hoy vicepresidenta de Colombia, pero de ella no volvimos a recibir ni una llamada. Quienes hablaban en campaña de los muchachos y las violencias nunca han vuelto a aparecer. Hoy no se refieren a nosotros”.

La cofundadora de Mevico también afirmó que algunos jóvenes que pertenecieron a la Primera Línea se encuentran apoyando a candidatos que están en campaña, por lo que hizo un llamado a evaluar, no sólo el discurso de quienes estuvieron allí afuera, sino quienes realmente han permanecido en ese acompañamiento hasta el día hoy. “Muchos compañeros hoy están montados allá. Sobre la sangre de nuestros hijos ocupan cargos, les permiten unos puestos de trabajo”.

Para finalizar, Laura hizo un llamado a la conciencia al Gobierno del Cambio para que se den las garantías de no repetición. Para que estos hechos lamentables no ocurran en ningún hogar colombiano, que ninguna familia tenga que pasar por este dolor de la pérdida de nuestros hijos y quienes quedaron puedan vivir con dignidad. “No tenemos que vivir de forma constante reclamando la dignidad para nuestras vidas y las de nuestras familias”

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