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Trojana

La pornografía se toma el escenario teatral en Cali

Troyana

Un documental de artes vivas sobre el "modelaje webcam" cuestiona los repertorios de la pornografía

Trojana

La pornografía se toma el escenario teatral en Cali

Troyana

Foto: Ed Gómez Cerón

 Noviembre 14 - 2019

Por Laura Cruz

"La etimología de la palabra monstruo, ya encierra una terrible sorpresa: viene de mostrar".

Michel Tournier

La obra Trojana hace exactamente eso, es un espejo de una sociedad no solo cansada de un exceso de productividad, sino de una sociedad sola.

Lo que se pretendió que en principio nos sirviera para comunicarnos terminó creando abismos entre yo y el otro. A diario al menos 90 millones de personas se conectan a internet para satisfacer la adicción al porno. Este perfomance, que es una obra de teatro, un  documentalde artes vivas sobre el "modelaje webcam" cuestiona los repertorios de la pornografía. La mercantilización del cuerpo de la mujer, la misoginia, el racismo y el clasismo, que trae consigo la práctica más antigua: la prostitución, que se modernizó por medio del internet en lo que hoy conocemos como modelos webcam. Trojan fue seleccionado como proyecto ganador de Estímulos 2019, co-financiado por la Secretaría de Cultura del Valle del Cauca. La obra se presentará en Cali, Bogotá, México e Inglaterra.

En Alemania el 40 % de personas vive sola, en Japón un tercio y en Colombia un 18 por ciento y el mercado las ve, básicamente, como nuevos consumidores. El otro 72 por ciento quizás viva con alguien, pero también comparta la palabra soledad. Estamos encerrados en apartamentos diminutos, nuestra burbuja es la productividad, somos los amos y los esclavos. Perdimos todo erotismo y toda empatía. El mercado nos convirtió en objetos y en compradores.

Foto: Leonardo Linares

Troyana 4Las artistas de teatro y performance Andrés Montes Zuluaga (Co) y Maud Madlyn (Fr), nos sumergen en el mundo del mercado de la pornografía digital como 'modelos webcam'. Nos muestran aquellos deseos que escondemos y que si nosotros mismos los descubriéramos nos asustaríamos. Después de tres meses de inmersión como modelos webcam cuentan su historia para abrir un debate sobre sexualidad y violencia en un documental de artes vivas, el viernes 15 de noviembre a las 7:30 p.m. y el sábado 16 de noviembre a las 4:30 p.m. y 7:30 p.m. en el Teatro La Máscara de Cali.

Montes Zuluaga habla de la obra como si no fuera algo atemporal en su vida, sino su vida misma. Tiene clara la violencia de género que hay en nuestro país. Dice que las plataformas virtuales son una versión hiperrealista de lo que es nuestra sociedad y esta fue una de las razones para poner su cuerpo como un caballo de Troya e infiltrarse en la industria del cibersexo. Durante la inmersión de tres meses, junto a su compañera francesa, evidenció que no hay respuestas sencillas para resolver esta violencia que está asentada en los cimientos de la sociedad y ofrecen al público insumos para un debate impostergable por medio del teatro.

Después del culto a la virginidad, vino la revolución sexual que nos dejó divididas, según Madlyn entre santas y putas, es decir, en María o María Magdalena sin que muchas nos sintamos identificadas en ningún extremo. Ella reconoce, por ejemplo, estar en la mitad, en el limbo. Es francesa, cuando cree que ha pronunciado algo mal, sonríe, pero ya habla bien el español e insulta con acento como si fuera colombiana. Dice que entraron al mundo webcam como un caballo de Troya, y que extrajeron las fantasías, las violencias de estas plataformas, para exponerlas frente al público.

A pesar que tiene claro que Colombia ocupa el segundo puesto en comercialización del cuerpo y las actuaciones sexuales por internet a nivel mundial, habla sobre resistencia y en sus palabras no suenan a utopía. Habla de la obra como algo vivo. "La obra es nosotras, y por el trabajo de investigación es realmente poner el cuerpo, porque empezamos a trabajar como modelos web cam. La vida es el arte y el arte es la vida, no es personajes lo que van a ver, sino a nosotras y viene con todas complejidades y todas las cosas en que creemos".

Virginia Despentes, dice que no queremos hablar de prostitución porque nos da miedo que las prostitutas hablen y digan lo que de verdad les gusta a los hombres. Esta obra no solo nos muestra lo que les gusta a ellos, también la economía voraz que hay detrás del mundo webcam, la comercialización del cuerpo de la mujer; el hombre y sus perversiones más oscuras, la fascinación por someter al otro, el sometimiento que viene de Europa y de Estados Unidos de hombres blancos que ven a países como Colombia como la periferia y a las mujeres como dadoras de placer. Hombres misóginos, que en gran parten tienen deseos pedófilos y que son la sombra de un capitalismo que nos ha hecho perder el erotismo y convertirnos en narcisos que se ahogan en la pantalla de un computador en un sexo crudo carente, quizás de humanidad o lo peor desbordado de ella.

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Foto: Leonardo Linares

Laura Cruz: ¿Cuál fue el detonante para qué ustedes decidieran infiltrase en el mundo webcam?

Andrés Montes Zuluaga: Esta idea surge después de un proceso de creación con una dramaturga caleña que se llama Carolina Arcila, creamos una pieza que se llama Voces, donde la perspectiva partía de las mujeres víctimas de agresión sexual, esto se da en el marco de la violación, tortura y posterior asesinato de Juliana Samboní, por parte de Rafael Uribe Noguera. Nosotros iniciamos una investigación y nadie nos hablaba de sus deseos agresores, todo el que hablaba de sus perversiones trataba de minimizarlas.

Algunas amigas me hablaron del mundo Webcam y sobre todas las solicitudes que les hacían los usuarios, entonces escogimos este mundo, porque en el internet todos se creen anónimos y dan rienda suelta a todas sus fantasías destructivas, y yo dije: "aquí hay un violador que está dispuesto a hablar de todas sus pensamientos, asesino, torturador".

Maud Madlyn: Un detonante para mí son las cifras de violencia contra la mujer, las comunidades diversas; los métodos usados para torturarlas, violentarlas y asesinarlas crecen a nivel mundial. Sin embargo, el tema sigue en la oscuridad y no se habla realmente, por eso este trabajo es vital, porque también es un trasfondo de la obra que es necesario mostrar.

L.C: ¿Ustedes hablan de que hay diferentes violencias sexuales en la red, cuáles han identificado en los tres meses que llevan de la inmersión?

A.M: Primero hay una mercantilización donde el objeto es una mujer o alguien de la comunidad lgbtiq que está trabajando y debe complacer y hay un sujeto que tiene el dinero, que suele ser el hombre ubicado en Europa Norteamérica sobretodo. Una segunda característica, que es lo que más miedo da es que somos violadores en potencia. Hay una vocación por querer controlar, someter a otra persona y que te complazca.

Además, hay una efebofilia y pedofilia exacerbada, por ejemplo, en las fantasías que se alimentan desde la pedofilia, siempre va a haber una mujer que parezca menor de edad y siente mil hombres que están allí viéndola para complacerse, entre más joven parezca va tener más usuarios. Muchos clientes les piden a las modelos que finjan tener once años o una deficiencia cognitiva, otros las amenazan diciendo que sino hacen lo que les piden que hagan se lo van hacer a la propia hija que está al cuarto de al lado.

L.C: ¿Para ustedes hay una diferencia entre la prostitución y el trabajo que ejercen las modelos webcam?

A.M: Modelaje webcam es prostitución, porque la definición de prostitución es intercambio de sexo por dinero y el sexo nunca se ha reducido al coito, el hecho de que no haya contacto físico eso no implica de que no haya sexualidad. Debemos partir de que existen muchas formas de prostitución. El matrimonio, por sí mismo, es un modo de trabajo sexual, yo te vendo mi sexualidad de aquí hasta mi muerte a cambio de una estabilidad económica, emocional, afectiva pero sobretodo económica, esto cuando hay una asimetría y él es el que tiene más dinero. El matrimonio como un acenso social, la práctica del matrimonio es algo que hay que desnaturalizar, de-construir para poder reconstruir.

Trabajar en una película porno también es un trabajo sexual, pero la forma de distribución es distinta. Las líneas calientes aunque implican una distancia y cierto anonimato también es trabajo sexual, las chicas webcam tienen una distancia con el cliente pero pueden ser grabadas y subidas a páginas porno. Está la prostituta que trabaja en la calle y ellas son las que más sufren violencia de género, agresiones físicas, sexuales y económicas, enormes además de las enfermedades que les pueden trasmitir, las modelos webcam no tienen este problema, pero no sabe las consecuencias que puede tener en el aspecto psicológico, en trabajar todos los días más de seis horas a través de internet. Sin embargo, las que corren más peligro son las mujeres casadas, porque la mayoría de los asesinatos se presentan en las casas.

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Foto: Leonardo Linares

L.C: ¿Lo que ataca la moral de los que no están de acuerdo con el trabajo webcam no será el hecho de que la mujer tenga independencia económica, y que no esté en la casa y rompa los modelos patriarcales o la mujer sigue estando en las manos del modelo capitalista por ende falo-centrista?

M.M: Por un lado, lo que les molestas es que las mujeres ganen en independencia sin necesitar a nadie más, tienen proyectos profesionales personales, de liberarse del hombre que paga. Sin embargo, este dinero que se están ganando es en un sistema capitalista y patriarcal por completo, es la mercantilización pura del cuerpo y lo venden como se venden computadores y neveras. Si vemos todas las cadenas hay proxenetas, inversionistas, dueños de estudios, toda esta gente suele ser hombres, deciden cuánto gana la mujer, hay una mano del hombre muy presente. No podemos ubicarnos ni el uno ni el otro, y hay que encontrar lo que está en la mitad de esos dos polos, los matices y eso como sociedad nos va dar más fuerza.

L.C. Virginia Despentes dice que nos da miedo hablar de prostitución, porque delata lo que es el trabajo en sí, trabajamos con nuestro tiempo. El trabajo nos quita lo que no queremos dar. ¿Ustedes qué opinan de esta afirmación?

A.A: Consideramos que de no haber capitalismo no habría prostitución. Vivimos en un sistema que es explotador, trabajar en una oficina o en un colegio o en el trabajo sexual es explotador, y creemos que hay un señalamiento y una segregación por el hecho de trabajar sexualmente, porque nos creen dueñas de nuestro cuerpo, de nuestra sexualidad, porque históricamente están acostumbradas a tenerlo gratis y les molesta que cobremos y también porque va en contra de toda la moral. Mercantilizan tus ideas, tus convicciones, tu tiempo, a cambio de dinero, eso sí está bien, pero prostituirse no.

M.M: Esto viene de la doble moral. Hay este pensamiento muy capitalista que dice que el trabajo dignifica, pero solo cierto tipo de trabajo, entonces el trabajo sexual no se considera como un trabajo digno. Es una moral que viene de lo religioso, sociológica, los hombres se conectan para obtener servicios de las modelos webcam, pero si conocen a alguien que ejerce este trabajo dicen que no tiene dignidad y se les olvida que hacen cinco minutos se estaba masturbando viendo a alguien a través de la pantalla. Ponen toda la responsabilidad en esas trabajadoras la demanda y la oferta muy capitalista, quien llegó primero, poniendo la responsabilidad en ellas. Creo que aquí hay una aversión de este trabajo, una manera de relacionarnos muy reprimida a un nivel profundo.

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