Pincel, lienzo y óleo: el mundo de Diana Zuluaga 

El pincel, el lienzo y el óleo hacen parte de la vida de Diana Zuluaga, una mujer del municipio de Caicedonia en el Valle del Cauca. Se destaca por su extraordinario trabajo en el mundo del arte, plasmando en sus pinturas la naturaleza y la mujer. 

Pincel, lienzo y óleo: el mundo de Diana Zuluaga 

Septiembre 23 - 2017

Por Juliana García

El pincel, el lienzo y el óleo hacen parte de la vida de Diana Zuluaga, una mujer del municipio de Caicedonia en el Valle del Cauca. Se destaca por su extraordinario trabajo en el mundo del arte, plasmando en sus pinturas la naturaleza y la mujer.

La Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, presentó en agosto la exhibición de las pinturas de Diana Zuluaga "Azul es el canto de la lluvia". Visité el lugar el 15 de agosto para presenciar y conocer su exposición. Le dejé un mensaje con la intención de entrevistarla y escribir sobre ella.

De tanto insistir logré entrevistarla 16 de septiembre, un sábado a las 2 de la tarde. Me contó de su acercamiento con el arte y la pasión que siente al pintar una obra artística. No podía verla, pero a través de su voz, percibí la emoción que siente cuando habla de lo que hace.

"Soy una apasionada en el arte desde muy pequeña y entré a este mundo a los 15 años. Prefería dibujar y pintar todo el tiempo y no hacía las tareas del colegio", dijo. Añadió que perdió dos años en primaria: tercero y quinto. Es madre de tres niñas y renunció a su carrera de licenciaturas en preescolar para dedicarse al arte. Se describe como una persona soñadora, cariñosa, emprendedora y luchadora.

Comenzó con el arte figurativo pintando paisajes, frutas y flores, una necesidad de plasmar todas sus ideas dentro de un lienzo. Así logró ser invitada a su primer exposición en su pueblo natal, pero no aceptó porque quería prepararse. "Un año me preparé para presentar 30 pinturas dignas para mi pueblo, en un formato de 90 por 80 sobre flores y frutas", contó Diana.

El arte de Diana Zuluaga, su marca y su identidad que la hace distinta de los otros artistas es la naturaleza y la mujer. Conceptos que son ejes principales de la sociedad. Sin embargo, la idea de combinarlos se obtuvo porque estudió la historia del arte para ser una conocedora y dejar su propia esencia artística. "Hay que prepararse y sentirlo de verdad", manifiesta Diana. 

Le pregunté sobre Leonardo Guzmán, un nombre que leí en un artículo sobre ella, -"La pintura de Diana Zuluaga", por Manuel Tiberio para las2Orillas-. Me contó que fue la primera persona que influyó en su vida en el arte, dándole la oportunidad de aprender porque nunca pasó por Bellas Artes y por ningún Instituto que le enseñara sobre este mundo. Aprendió por medio del ensayo y error, tomando fotografías a frutas y flores, observando las luces y las sombras para despertar su talento.

Diana plasma a la mujer en sus pinturas como oasis de vida, la que mantiene el equilibrio y la fortaleza de la humanidad. "Por medio del color y las formas, quise darles a las mujeres su papel protagónico de vida, adornando sus cabellos por flores y animales. Nosotras somos un jardín que ilumina los corazones de la sociedad", dice mientras recuerda el caso de Rosa Elvira Cely, que fue violada y asesinada en el Parque Nacional de Bogotá, añadiendo que todas las mujeres merecemos respeto. 

En los desafíos que le ha tocado presenciar en este mundo artístico, es la falta de reconocimiento económica que tiene este trabajo en el país, y vive agradecida con su ex pareja que le ayuda en todos los gastos para que no deje de pintar. Además, las galerías de arte y los representantes del arte no son conscientes de eso, los costos de exposición son muy altos y si la obra se vende les pide un 30% de ganancia. Sin dejar a un lado, el machismo y el sexismo de los hombres, que se acercan a ella por otro interés, "ven mi arte como un acceso a mí, proponiendo citas y cosas que para nada me interesa", cuenta.

En su obra de "Azul es el canto de lluvia", tiene un significado poético porque representa el matiz de la naturaleza que cambia cuando llueve y las mujeres de sus pinturas son alegres, son coloridas que transmiten felicidad. "El blanco de sus cuerpos son la pureza y la paz que todas las mujeres merecemos", expresa Diana.

Finalmente, la expresión creativa la llevó hacer su propio taller. Todos los sábados transmite su conocimiento a niños desde los cinco años y los motiva a seguir este camino. En el parque de Caicedonia hace exposición de obras con los pequeños, invitando a los padres y a la Alcaldía para que vean el trabajo que ellos han realizado en su tiempo libre. "El arte llega al ser, a las emociones y sentimientos, permitiendo que la persona se sienta libre frente a un lienzo y puede irradiar lo que quiere expresar", manifiesta Diana.