Ni putas ni delincuentes
En cuatro años han muerto de forma misteriosa tres colombianas en la Ciudad de México. En todos los casos, las autoridades mexicanas -en un acto irresponsable y sin concluir la investigación- han creado un perfil falso de las mujeres haciéndoles creer a la opinión pública que son víctimas de su propia belleza, creyéndolas putas, mal relacionadas o copartícipes de bandas criminales dedicadas al narcotráfico. Que tres colombianas hayan ido a una fiesta antes de perder la vida, lo que expone es que en la capital de México es un riesgo ser extranjera, vivir sola, estar bonita y tener vida nocturna. Stephanie no es ni una puta ni una delincuente y en todo caso, ni la colombiana más puta merece morir con el cráneo roto en el extranjero.
Ni putas ni delincuentes
Agosto 2 - 2016
Por Margarita Solano
Editora de www.lopolitico.com
En cuatro años han muerto de forma misteriosa tres colombianas en la Ciudad de México. En todos los casos, las autoridades mexicanas -en un acto irresponsable y sin concluir la investigación- han creado un perfil falso de las mujeres haciéndoles creer a la opinión pública que son víctimas de su propia belleza, creyéndolas putas, mal relacionadas o copartícipes de bandas criminales dedicadas al narcotráfico.
Primero fue Diana Alejandra Pulido Duque en el 2012. Cantante, esbelta, rubia y con ganas de probar suerte en la cuna artística de América Latina. Encontró la muerte en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México tras "caer" de su edificio en un séptimo piso. Hasta el momento, la pregunta sigue abierta. ¿cayó o la aventaron?
Pero lo que sí se ventiló a los cuatro vientos en la prensa nacional mexicana, es que Alejandra estaba mal relacionada, que días previos a su muerte se había practicado un aborto y que quizás hacía parte de una red de ladrones colombianos. Como si abortar fuera un motivo para asesinarla, como si la primera línea de investigación de la autoridad después de conocer la nacionalidad de la víctima, fuera relacionarla con amistades peligrosas.
El autor de las hipótesis que parecen más un chisme de lavadero es Marco Reyes, Fiscal de Homicidios de la Procuraduría de la Ciudad de México. Una dependencia que lejos de dar certeza jurídica e investigativa, parece hacer lo mismo que con los miles de casos de mujeres desaparecidas en la ciudad: creer que se fueron con el novio para jamás volver.
Dos años más tarde, vuelve la fiscalía capitalina a construir un perfil falso de una colombiana torturada al interior de un apartamento en la colonia Narvarte. Mile Virginia Martín, fue violada varias veces, golpeada y le dieron un disparo en la cabeza. Las autoridades encontraron su cuerpo amortajado, desnudo y con la ropa interior en su boca. A un año de su muerte, la investigación sigue inconclusa, se desconoce el móvil de los hechos pero sí se dijo que Mile era modelo, quizás prostituta, que había ido a recoger un paquete ilícito al aeropuerto de la Ciudad de México aunque las cámaras revelaron que jamás estuvo allí.
Manisfestación pública a un año de la muerte de Mile Martín en la Ciudad de México.
El sábado pasado el turno fue para Stephanie Ramón Ramírez, 23 años, oriunda de Cali, la capital mundial de la salsa. Su cuerpo fue hallado en la calle, el cráneo fracturado al igual que su mandíbula. Dicen las autoridades que Stéphanie venía de una fiesta, que sus pertenencias estaban intactas en su domicilio y que se desconoce al igual que Alejandra, si cayó o la aventaron.
Según la revista Proceso, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México señala que en los tres casos hay algo en común: "estuvieron involucradas en fiestas o reuniones sociales previas a su asesinato, tenían signos de tortura y golpes mortales, laboraban como edecanes, modelos o cantantes contratadas por agencias y promotores en México, no pasaban de los 32 años de edad, su fallecimiento se relacionó con "accidentes" o bien, con la prostitución y la venta de droga; además de que físicamente eran muy parecidas".
Stephanie encontró la muerte el sábado pasado.
Señor Fiscal Marco Reyes, las mujeres colombianas son consideradas una de las más hermosas del hemisferio, quizás por eso Alejandra, Mile y Stephanie se le parezcan. Mientras tecleo estas líneas, una amiga colombiana en México me escribe contándome que descubrió al tipo que le instalaba el cable en su nuevo apartamento, grabándole un video a su trasero y que la semana pasada mientras montaba bicicleta, una camioneta negra la persiguió diez cuadras seguidas hasta terminar escondida en un centro comercial. A su mejor amiga, también colombiana en la capital mexicana, el mismo hombre que le instaló un sistema de seguridad privada en su casa, se quedó con la clave para poder espiarla a través de una cámara de video.
Ni putas ni delincuentes señor Fiscal. En la ciudad que usted trabaja ser mujer es un riesgo, ser extranjera y estar sola, lo es aun peor. En su ciudad hay depravados dispuestos a matar y desaparecer mujeres porque la impunidad le gana a la justicia. Por último licenciado Reyes, Colombia ha sido el país más feliz del mundo y eso en gran medida es por la devoción que le tenemos a la música. Colombia es un país que baila tanto como en México usted come tortillas. Que tres colombianas hayan ido a una fiesta antes de perder la vida, lo que expone es que en la capital de México es un riesgo ser extranjera, vivir sola, estar bonita y tener vida nocturna. Stephanie no es ni una puta ni una delincuente y en todo caso, ni la colombiana más puta merece morir con el cráneo roto en el extranjero.
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