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Portada Diana Matemática

Marzo 10 - 2021

Por Laura Cruz

Diana puede pasar horas escuchando música. Disfruta de las armonías y los acordes tanto como de las matemáticas, tal vez porque ambas comparten exactitud. Los ritmos y las notas son representados en fraccionarios: 4/4, 6/8, etc. y hoy su vida gira en torno a eso: los números.

Aunque pensó ser psicóloga, eligió las matemáticas. De ellas le atrae lo exacto, el orden, la verdad que guardan los números. Lleva desde 1998 estudiando matemáticas. Es del pueblo más bonito de Colombia, Barichara Santander. En su primer examen de cálculo la calificación fue 0,9. Hoy es doctora en matemáticas de la Universidad de Murcia en España.

Diana Haidive Bueno Carreño es la mayor de sus hermanos. Para Diana crecer en un pueblo es sinónimo de paz. En las calles de piedra de Barichara, Diana aprendió a andar en libertad, todo el mundo conoce a sus vecinos. "En el pueblo la gente tiene exactamente el mismo estrato, en Barichara no hay estrato uno, dos, tres o cuatro, eso no existe. El Alcalde puede vivir al lado de tu casa. Los más admirados eran los profesores, y aún siguen siéndolo porque ser profesor de colegio es ser padre, profesor, psicólogo, amigo. A mí me parecía que era un trabajo muy entregado pero muy chévere, y eso fue exactamente lo que llamó mi atención".

Hace 30 años Barichara no era tan reconocido como ahora. En esas calles de piedra, en un pueblo de diez por diez, con sólo ocho mil o diez mil habitantes a lo sumo, incluyendo las personas de la zona rural. El banco agrario al lado de un parque y la iglesia imponente, con su estructura de piedra. Un mirador que muestra lo que hay más allá del pueblo, lo lejano. De gente muy, muy tranquila, muy amable, de gente echada para delante.

En las calles del barrio Bella Vista, Diana pateaba balones, hacía caminatas, fogatas, jugaba 21 y así jugara mal, lo hacía sin ninguna vergüenza sólo porque le divertía, porque siempre ha sido una mujer que no se avergüenza de nada. En Barichara por ese entonces solo había tres colegios, entre esos uno femenino: La Sagrada Familia.

Era un colegio pequeño, donde había más o menos 150 estudiantes. En su salón, con ella, sumaban 18. Un lugar agradable, tranquilo. Un grupo pequeño femenino que estudiaba técnico comercial. Teatro, canchas multiplex y piscina, pero el derecho a piscina había que ganárselo. Hizo teatro, porrismo, practicó karate. Se repartía entre el colegio y ayudar en el almacén que tenían sus padres y algunas charlas en el parque con sus amigos. Porque como no había cine ni nada que hacer en el pueblo, la palabra era su forma de diversión. Al terminar el bachillerato sacó el mejor puntaje del Icfes, por lo que muchos de sus familiares asumieron que iba a estudiar ingeniería.

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La sonrisa de Diana abarca toda la pantalla, puedo sentir su calidez a pesar de que lo único que nos acerca es un monitor. Y entonces los nervios de entrevistar una científica, quedan a un lado y comenzamos a hablar como dos amigas que hace mucho tiempo no se ven y van a tomar un café.

¿Y qué te dijeron en tu casa cuando dijiste voy a estudiar Licenciatura en Matemáticas?

Me dijeron: "sacó el mejor Icfes, ¿cómo se lo va a gastar en una licenciatura?, estudie ingeniería". Sin embargo, mis padres siempre me apoyaron. Ellos como que "bueno usted verá". Les daba temor un poquito con las matemáticas porque los que estudiamos nos dedicamos demasiado, enloquecemos un poquito (risas) y puede llegar a un no retorno.

Mis padres tenían esa idea y había ese temor de que me fuera a dar demasiado duro pero igual el apoyo y el empuje de que "bueno usted vaya a estudiar sino puede con eso se viene aquí en la casa hay suficiente oficio para hacer", esa motivación es muy importante para que uno no decaiga en la carrera entonces eso me ayudó mucho para seguir.

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Cuando salió de su pueblo era estudiar en Santander o no estudiar porque sus papás no aceptarían que se fuera a Tunja y mucho menos a Bogotá, y por supuesto la opción era estudiar en Universidad Pública. Y lo hizo en la Universidad Industrial de Santander (UIS) de Bucaramanga. Diana llevaba sus 16 años de edad, el apoyo de sus padres, el amor por las matemáticas y la berraquera de todas las mujeres santandereanas.

Allí comenzó a estudiar Licenciatura en Matemáticas, obtuvo unas becas de alimentación que eran muy necesarias, puesto que sus dos hermanos menores también fueron llegando a la universidad.

También desde los primeros semestres comenzó a trabajar como monitora dando clases particulares. También en algunos de los proyectos con la secretaría de Educación. "Algo que hice fue hacer prácticas sociales en Piedecuesta, trabajamos con desplazados y destechados. Allí se desarrollaba una metodología diferente a la usual porque era más dedicada a la educación orientada hacia los intereses del estudiante y no exactamente hacia los temas que uno necesita dar si no hacía lo que ellos y su entorno se está presentando para que puedan entender. Ahí estuve aproximadamente un semestre apoyando simplemente, no era la profesora del curso si no iba apoyar la profesora del curso".

El 17 de diciembre del 2002 se graduó de Licenciada en Matemáticas, aunque durante toda su carrera pensó en regresar a su pueblo. En el 2003 llegó a Cali porque ganó una beca la cual consiste en hacer asistencia docente a cambio de hacer la Maestría en Ciencias de las Matemáticas en la universidad del Valle, en donde permaneció contratada como profesora de tiempo completo hasta el 2007.

Así que se fue a Brasil a estudiar, sin embargo, tuvo que devolverse porque los recursos no le alcanzaban. Volver a Cali significó ganarse una convocatoria en la Javeriana como profesora de planta y aunque ya había cumplido su meta de ser maestra, siguió estudiando porque es apasionada por los números y la ciencia.

Diana lleva 23 años estudiando matemáticas. Sin contar las clases del colegio. Eligió las matemáticas porque van con su personalidad. "Soy un poquito un poquito, así como obsesiva compulsiva. Me gusta tener las cosas muy ordenadas, muy planeadas, aunque después nada salga, no importa, porque en la vida real nada sale como uno planea. Pero tiene esa tendencia porque las matemáticas te permiten tener las cosas exactas, no hay lugar a duda, nadie puede venir a decir no eso no es cierto porque si el teorema lo dice eso es cierto"

Entre diciembre del 2009 y octubre del 2014, su vida ocurrió en España. Lo describe como un viaje maravilloso. A pesar de que la época en la que vivió allí fue la de la crisis económica y se veían muchas situaciones difíciles, Diana estaba amparada por una beca de Colciencias con el apoyo de la Javeriana de Cali. Lo que le permitió conocer grandes amigos que se convirtieron en su familia. Conoció el país, su cultura. A nivel académico tuvo la oportunidad de tener contacto con personas que eran referentes en teoría de códigos, lo que estaba estudiando. Pero además de estudiar y responder con buenas notas para mantener su beca, disfrutó de la gastronomía, aprendió danza árabe, bachata. Fortaleció su inglés, aprendió italiano.

También a nivel espiritual y emocional el viaje le enseñó a ser fuerte. "En ese camino aprendí que puedo lograr cosas que no me imaginaba y que puedo aportar mucho a la vida de otras personas, así como esas personas me aportan a mí. Fue bastante gratificante descubrir las capacidades que tengo y descubrir lo bien que me siento estando en otras culturas y aprendiendo de esas personas. Digamos que generosamente recibí y generosamente di, y eso me alegra mucho". Además, en el 2010 hizo el Máster Universitario en Matemáticas Avanzadas en la Universidad de Murcia y se doctoró en Matemáticas en el 2014.

"Creo que no me cansaría de conocer sitios y de tener esas experiencias, me gusta mucho, aunque soy una persona que me gusta mucho planear y tener control, disfruto saber que la vida me va a traer esas cosas que yo no sé cuáles son y pues que estoy lista para vivirlas. Disfruto mucho lo que estudié, creo que si no lo hubiera estudiado no sería tan feliz".

Creo en la ciencia

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Diana Haidive Bueno Carreño, docente de la Universidad Javeriana. Hija de Barichara Santander. Cree en Dios, en la música, en los teoremas, pero sobre todo cree en la ciencia. Lleva más de 22 años estudiando los números. Se licenció de matemáticas en la Universidad de Santander y se graduó de Doctora en Matemáticas en la Universidad de Murcia en España.

Con Diana tuvimos una conversación sobre cómo va la ciencia en el país en materia de inversión. También de las restricciones han tenido que pasar las mujeres para ser científicas. De su recorrido profesional y de lo que piensa como maestra, mujer y científica reconocida del país.

Hechoencali.com: Ahora que el mundo vive una pandemia y las vacunas las desarrollan empresas como biotecnológica alemana BioNTech y el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, cabe la pregunta ¿En Colombia no se han desarrollado estas vacunas porque no contemos con científicos de esa talla o es una cuestión netamente económica?

Diana Haidive: Diana Primero me gustaría decir que muchas veces la inversión en ciencia no se hace porque el gobierno de turno piensa que el Producto Interno Bruto del país no va a crecer por la investigación científica hasta los próximos diez años, cuando se le invierta un muy buen capital, pero luego de eso sí, porque cuando las investigaciones puedan concretarse en dispositivos, en vacunas, en nuevas tecnologías, nuevos desarrollos que se puedan comercializar, se puedan vender, que para empezar no necesitemos comprárselo a alguien más. En ese momento se ve el aporte, sin embargo, si no se invierte nosotros no tenemos la posibilidad de sacar debajo de la manga o del sombrero laboratorios ni reactivos ni recursos.

Necesitamos que se genere inversión en la investigación, aunque parezca no es que en mi periodo de gobierno o en mi periodo de dirección de esta unidad no voy alcanzar a ver resultados la verdad es que no ni en su periodo ni en el siguiente, pero si usted se decide invertir en la ciencia en 15 años usted va a ver ese producto y se va a dar cuenta que valió la pena el país está tomando un poquito de conciencia a través de Minciencias se están haciendo buenas convocatorias.

Quiero agregar que no hemos desarrollado la vacuna, no por falta de ingenio o de científicos preparados, la verdad es que lamentablemente en este país no hay cómo hacerla, cómo investigarla, no hay laboratorios, no hay recursos, no hay espacios, no hay gente que se pueda dedicar a eso sin tener que pensar que tiene que buscar otro trabajo para poder vivir porque los científicos comemos, tenemos familia, seguridad social y si nos dedicamos hacer ciencias sin recursos pues no podríamos vivir.

Esa es la situación: el dinero para la investigación casi nunca es para el sueldo del científico, mejor dicho, el porcentaje más alto no es para el sueldo del científico, es para todo lo demás. Generar un buen espacio para la ciencia cuesta dinero y si no se vive desde adentro, sería bueno que alguna vez nos escucharan y nos creyeran y nos animaran para que se pudieran dar esos pasos que se han dado pero multiplicarlos y que se puede hacer más.

H.C: ¿Usted cree que falta algo para que haya más mujeres en las ciencias?

D.H: No solamente más mujeres sino más personas en general. Particularmente hablando de las mujeres, lo que pasa es que en el entorno social mediático muy pocas mujeres matemáticas se ven ejerciendo o se les da esa relevancia. En cambio, en otras áreas sí, por ejemplo, es más fácil para una niña o una adolescente darse cuenta de que puede ser una abogada, médica o una economista o tener una idea de qué hace una ingeniera electrónica o tiene una idea de lo que hace una periodista, pueden ser ideas erradas pero tienen alguna idea, pero no saben lo que hace una matemática.

Creen que solamente pueden ser profesoras, pero además lo creen con el mismo sello generación tras generación: "ser profesor es ser malo, ser profesora es malo. Yo no quiero ser profesora" y si se dieran cuenta de todo lo que se puede hacer, a lo mejor era justo lo que estaban buscando ser y no sabían.

Yo he participado y aplaudo mucho unas iniciativas que ha tenido la Comisión de Equidad de Género de la Sociedad Colombiana de Matemáticas. Hay un proyecto muy específico en el que se seleccionaron veinticinco mujeres del país y para mí, es un honor estar ahí. Nos hicieron una sesión fotográfica, unas entrevistas y ese material se ha ido rotando.

La idea de esta iniciativa es que se pueda tener en todo el país en escuela en colegios de distintas ciudades y pueblos para que las niñas y adolescentes se sientan identificadas y aquellas que quieren y sientan la pasión por estudiar matemáticas, puedan verse reflejadas o no reflejadas, pero si ver que hay las mujeres que las estudiamos tenemos una vida normal: la que cocina, la que es atleta, la que es fotógrafa. Tenemos una vida como cualquier otra.

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H.C: ¿Qué decirle a una adolescente que está terminando el bachillerato y quiere estudiar matemáticas o incursionar en otro campo de la ciencia, pero piense que se necesita mucho dinero o que no es lo suficientemente inteligente?

D.H: Para mí es claro que no todos tenemos las posibilidades económicas y no todos tenemos las mismas habilidades intelectuales, físicas, todos somos muy diferentes. Lo que sí creo es que todos tenemos la oportunidad de ser lo que queremos ser. Ahora cómo lo voy a lograr: primero que todo hay que leer y estar muy informado sobre las opciones y sin miedo presentarse a esas opciones. Si uno dice "no me presento a esa beca porque no me la voy a ganar" pues ya perdiste. Hay que tener confianza en uno mismo y confianza en lo que quiere hacer e informarse porque uno las busca y las opciones están ahí y si las aprovechas, a lo mejor salen 10 más.

La Universidad del Valle es una excelente universidad para estudiar matemáticas, la Universidad Javeriana también, particularmente hay una beca que se llama la beca Pitágoras que es exclusiva para los estudiantes de matemáticas aplicadas y que cubre el 50% de la matrícula durante toda la carrera eso y eso ya es una gran ayuda. Si para el otro 50% no tuvieras dinero, la universidad tiene líneas de crédito a cortos plazos con intereses bajos. Además, actualmente el gobierno tiene la BECA generación E que, si la persona cumple con el puntaje del Sisbén y el puntaje de saber 11, puede acceder a ella.

Además, es importante decir que podemos hacer lo que nos apasiona, no tenemos que ser las súper mega pilosas para estudiar matemáticas, hay que querer estudiar matemáticas. Yo puedo contar que en mi primer examen de cálculo saqué 0,9 y en el segundo 2,9 y al final aprobé la asignatura y no fue la única vez que me fue mal. Una no tiene que ser perfecta ni venir preparada, ni venir hecho. Uno tiene que estar apasionado y con ese 0,9 tengo doctorado.

H.C: ¿Cómo ha sido tu relación con los hombres durante tu preparación ya sea como figuras que representan una autoridad como los profesores o jefes?

D.H: En mi pregrado, por ejemplo, había un profesor que era muy bueno explicando, pero cuando uno entraba a su clase él decía "yo no entiendo qué hacen las mujeres aquí. Deberían estar cosiendo".

No es la única forma de inequidad que yo he vivido. También lo he vivido por mis creencias religiosas porque no combina ser científico y creyente. Hoy en día nadie se preocupa por eso, pero en esa época si alguien decía en clase "aquí se hace lo que DIOS quiera o lo que yo diga porque yo soy DIOS" es un comentario ofensivo para quienes creemos en Dios, uno se puede ofender, pero no reaccionaba porque era muy normal que eso ocurriera.

Por otro lado, también por suramericana y estudiar en Europa, algunos profesores decían: "vuelvo a explicar esto para la gente de suramérica porque seguramente no me entendió".

Yo he estado en varias situaciones de ese estilo que hoy en día no serían toleradas y que no deberían existir, sin embargo, esas situaciones no se pueden volver una excusa. Quizás esas mismas situaciones lo hacen sentir "justo por eso tengo que ser la mejor, justo por eso tengo que salir adelante, justo por eso me van a ver triunfar".

Tal vez fue terquedad santandereana, tal vez es mi personalidad insistente, terca muy santandereana y "conmigo no va a poder, qué le pasa" entonces tal vez eso en vez de desmotivarme, me motivó. No quiere decir que no me molestara y que ojalá esa no hubiese sido mi motivación, pero ocurrió.

En cuanto a equidad de género también hay una cosa que es muy común. En las universidades la cantidad de mujeres profesoras de planta es mucho menor que la de hombres, pero no porque en los concursos digan "queremos hombres" sino porque el problema viene un poquito antes: es que no se presentan mujeres, y el que no se presenten mujeres puede venir de un poco antes y es que las mujeres no terminan sus posgrados ni sus doctorados

H.C: Según cifras del 2010 al 2017 se graduaron 30.085 personas de doctorados en Colombia de las cuales 1847 son hombres y 1238 son mujeres es decir que las mujeres somos el 40% ¿qué opinabas sobre las oportunidades de acceso a la educación superior por parte de las mujeres?

D.H: Hay muchas becas que dicen "el dinero que te damos es para tí, no para tus hijos" entonces ¿cómo hace una mamá para irse a estudiar y no llevarse sus hijos? En ese comentario no se les dice que no se presenten directamente, pero tajantemente les está diciendo "mejor no lo hagas, vas a tener que dejar a tus hijos aquí. Tú verás". Esa es una situación que no debería pasar.

También hay padres que estudian matemáticas y se van a realizar esos doctorados pero para ellos no hay ese comentario adicional, entonces de alguna forma es necesario que se creen becas que se incluyan la posibilidad que una mujer sea mamá vaya con condiciones suficientes para estar con su bebé haciendo su doctorado cuando digo eso es pensar en una sala cuna si él bebe es pequeño o un estipendio para que sus hijos puedan estar en el colegio mientras ella está haciendo su doctorado, que al niño le permita entrar al colegio mientras ella está haciendo su doctorado ese tipo de cosas es necesario que se tenga en cuenta yo hablo de la mujer no porque los hijos sean solo de mamá si no porque realmente cuando se ha puesto un freno ha sido pensando en que la mamá es la que se va a llevar a sus hijos.

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H.C: Hoy a Mileva Marić solo se le reconoce como la esposa de Einstein, pero hay estudios que revelan que para realizar la teoría de la relatividad tuvo su ayuda, porque no le iba también en este campo. ¿qué opinas de la representación que se le ha dado a la mujer no solo en la ciencia si no en la historia de la mujer?

D.H: La física y la matemática siempre se han desarrollado juntas, es decir, no a la par pero si una dependiente de la otra la una aportándole a la otra, así que los aportes que Mileva pudo haber hecho (porque no hay certeza, no sé cuáles son esos aportes, pero sí hubo porque el mismo Einstein lo reconocía) para que él pudiera concretar toda la teoría que él tenía en su mente tampoco fue fácil para Einstein tampoco es que le dijeran que bonito ere tu investigando, también tuvo que luchar también tuvo que luchar, también tuvo que irse contra el sistema, no pasa con él nada más sino con muchos más científicos que tienen que decir renuncio a este sistema, me voy a hacer mi vida de científico con lo que yo puedo.

Pienso que el aporte que ella hizo lo hizo como lo hacemos todos los que somos de matemáticas, desde la pasión de crear y ver qué pasa, ver a dónde va a ir a dar eso que aportamos.  Lamento que al igual que ella muchas otras no hayan sido reconocidas y sí tiene que ver mucho con la discriminación y con el hecho de pensar qué dirán los demás si digo que me ayudó una mujer.  Por ejemplo, es lamentable que no tengamos un registro exacto de los aportes de estas mujeres en las matemáticas, conocemos unos casos que la historia nos ha dejado ver, pero no conocemos el alcance de todo.

A mí me gusta mencionar un caso por ejemplo esta actriz de Hollywood Heidi Lamar porque aportó los fundamentos del GPS que utilizamos hoy en día y esa tecnología la tenemos hoy gracias a ella. Entonces es importante que todos sepamos que la ciencia es importante en la sociedad no solo ser actriz no solo ser youtuber o famoso no solo ser millonario, ser científico es ser importante, esa ciencia es la que nos deja tener evolución tecnológica y gozar de lo que estamos gozando hoy en día. Y que nuestros hijos, nietos, bisnietos y otras generaciones vayan a gozar de tecnologías más avanzadas gracias a lo que científicamente se ha podido desarrollar sin científicos no hay avances.

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