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Escuela Política: travesías por la paz y la equidad de género

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La escuela se proyecta en seguir formando mujeres activistas. Uno de los retos que ha querido asumir travesías por la paz es aportar a la niñez para que las menores no tengan que vivir las experiencias negativas que el patriarcado causa. Además, sueñan con una ciudad donde las mujeres no tengan que reivindicar su existencia, que esté libre de sexismo, clasismo y discriminaciones, casi como la construcción de un ser humano diferente

Escuela Política: travesías por la paz y la equidad de género

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Fotos: Casa Fractal/Medios Libres

Febrero 12 - 2020

Por Laura Cruz

"El paso por la escuela es una historia muy bonita que va a quedar en mi vida siempre. Me enfrentó con muchas problemáticas familiares y me enseñó a reconocerlas y empoderarme. En el tema de las relaciones interpersonales aprendí que se deben dar en un contexto de respeto. En cuanto a los derechos humanos me di cuenta cómo el sistema nos oprime cada día, por esta razón he venido realizando cambios desde mi organización" Concepción Sánchez, quien pertenece al Centro de Escucha de Jamundí y es una de las 120 personas graduadas de la Escuela Política Travesías por la paz y la equidad de género en el 2019.

La idea del proyecto nació de la escuela política de Mujeres Pacificas que comenzaron a pensar temas de salud emocional en el 2000, en plenos diálogos de paz del Caguán. María Eugenia Betancur, quien hacía parte del colectivo, profundizó en este tema al observar que muchas lideresas sociales, comenzaban a acumular una carga emocional fuerte por la política del cuidado de los demás y el orden patriarcal. Es así como en febrero del 2017 inició el piloto de la Escuela Política Travesías por la paz y la equidad de género, patrocinado por la agencia sueca Solidaridad Práctica.

La Corporación para el Desarrollo Regional donde está inscrito la escuela ya había tenido presencia en algunas comunas y es por esto que Travesías por la Paz llegó a las comunas uno, veinte y dieciocho, con el fin de empoderar a las mujeres de la ladera y fortalecer el análisis de coyuntura y la incidencia en los territorios. La Escuela Política Travesías por la paz y la equidad de género, se basa en la educación popular feminista que no está anclada a las construcciones teóricas de las grandes pensadoras sino a las condiciones de vida y de experiencias de las diferentes mujeres, ya que en las clases hay mujeres de diferentes edades, condición social y educación porque cada saber es importante. Además, en la escuela participan hombres porque desde allí se quiere aportar a la construcción de masculinidades no hegemónicas.

Juan David Acevedo, quien participó en la escuela señaló que es una de las mejores experiencias que ha tenido en la vida porque académicamente aborda la epistemología y el enfoque de género, también abarca la cuestión política jurídica sociológica de diversos temas. Además la escuela lo ayudó a empezar  deconstruir algunas conductas machistas y a reconocer los privilegios que tiene como hombre blanco y hacer más empático. " Allí encontre personas maravillosas, entre las profesoras y las escuelantes, con diferentes ideologías y es lo que más destaco, eso es invaluable" puntualizó Acevedo.

La diversidad sexual y étnica también está incluida en la escuela porque comprenden muy bien que comunidades como las afro, las indígenas y la comunidad trans, a lo largo de la historia, son las que más han sufrido discriminación, inequidad y desigualdad a la hora de buscar un trabajo, tener acceso a educación o simplemente habitar la ciudad. En este semestre la escuela ya cuenta con cuatro mujeres trans inscritas.

La escuela travesía por la paz deja atrás el modelo lineal de la educación y las mallas curriculares para hablar de la triple espiral, artivismos y acciones transformadoras. "La triple espiral construye una sinergia entre tres elementos fundamentales: una espiral que hable sobre las relaciones, esta engloba la forma en cómo amamos, cómo nos posicionamos en el mundo, cómo nos relacionamos con las otras mujeres, todo esto atravesado por supuesto por el género. La segunda tenía que ver con la formación política, entonces aquí ponemos en consideración el capitalismo, el patriarcado, el sistema social, político, los medios de comunicación y como todo está conectado y repercute en nuestro diario vivir" explicó Rosa Elvira Castillo, coordinadora pedagógica.

El último campo de la espiral es la acción transformadora porque el ejercicio tiene que llevar al movimiento a realizar cambios, todo esto desde una matriz que es el ´piel adentro´ el cual es una membrana que encierra todos los procesos y un sello dejado por Mujeres Pacíficas.

Espiral Escuela Política

"En la piloto hablábamos de línea de vida, sin embargo, en esta ocasión como nuestro modelo era la espiral, el interrogante fue cómo concebimos el tiempo, cómo concebimos los acontecimientos la vida, no partiendo desde lo cronológico, sino de una espiral para que las personas puedan elegir los acontecimientos más allá del tiempo y puedan volver para reparar las veces que sea necesario, la idea es crear una espiral que se vuelva su propia mándala" señaló Rosa Castillo.

Durante la creación del piel adentro, las escuelantes comienzan a preguntarse cuáles han sido los acontecimientos de la vida que les han marcado: experiencias buenas, algunas conflictivas. Dentro de los hechos más significativos están el ser madres, también aquéllos marcados por la violencia física, sexual o psicológica. Este camino hacia el interior que recorren las escuelantes está interpelado siempre porque todo lo personal es político, y de entender que lo que sienten está ligado a un contexto y a un sistema el cual se debe combatir desde las decisiones tomadas en la cotidianidad.

La escuela también incorpora el arte como una herramienta pedagógica en el ciclo del diplomado. Reconstruyendo o jugando con el lenguaje, nace la palabra artivismo, que es la capacidad de generar un dispositivo donde confluyen toda la capacidad de elaborar la angustia, de relatar de otra manera. Es potente porque colectiviza, pero también permite visibilizar de otras formas creativas. Los activismos tienen siete temáticas, danza, teatro, fotografía, muralismo, batucada, comunicación para el cambio, escritura.

En cuanto a la perspectiva de derechos,  es un tema que atraviesa toda la escuela. Primero se trabajan los derechos de primera generación como la vida, la libre expresión, la libertad de credo. También hablan sobre los derechos económicos, ya que en Colombia por mucho tiempo la mujer fue privada de este y sus bienes pasaban a manos de su esposo o hermanos. Se incluyen, también, los derechos sexuales y reproductivos que  es primordial para la escuela.

En el diplomado se hace un ejercicio de memoria que parte desde la ancestralidad, se trata de llevar a las escuelantes a analizar la historia que guardan sus madres, sus abuelas, no obstante, el ejercicio no se resume en la ancestralidad ni en las personas; sino también en las construcciones políticas que parten de reconocer hechos históricos que han afectados a las mujeres y en los cuales no se las ha incluido.

Desde la escuela se gestó una campaña que se llamó Honrar la Vida para resaltar el trabajo de varias lideresas y contar de dónde venían y en qué consistía su labor social. En la escuela hay una mística que no es una cosa metafísica sino concreta, que parte de reconocer el trabajo de las personas que han abierto camino.

El feminismo desde la perspectiva de la escuela es un estilo de vida que se refleja en cómo la mujer se posiciona políticamente desde los diferentes aspectos de su vida. Es un paradigma, pero también es una práctica y también una teoría. El feminismo es una forma de ver el mundo y ver cómo las relaciones, las noticias, la política se conectan y cómo afectan a la mujer y cómo desde la postura de feministas, las mujeres toman postura.

Por ejemplo, en el diplomado se habla de un amor romántico, una reflexión de que el patriarcado y elMáscara Escuela Política capitalismo lo atraviesan todo, incluso la forma en que amamos, partiendo del sistema capitalista y del ejercicio de propiedad privada, de relaciones exclusivas, la monogamia, todo lo que manda la heteronorma. Lo que hace que pensemos que el otro nos pertenece, que existen relaciones de poder y dominación, donde nos aman de manera posesiva y creamos que debemos satisfacer al otro y nuestra vida queda en segundo plano.

"Vivimos en una sociedad patriarcal que conciben hombres que se creen dueños, controladores, a los que hay que satisfacer, atender. Un poco con el arquetipo del rey, del mago, del amante, esa construcción de masculinidad, que pone el acento en un ser humano que se cree el centro de todo, aquí trabajamos la construcción de la sujeta política. Tiene que ver una congruencia, que nosotras entendemos que cada hecho personal es político" explica Castillo.

En los ejercicios realizados por la escuela han encontrado que la mayoría de mujeres han sufrido diferentes tipos de violencias, discriminaciones. "Hay que saber preguntar porque a las mujeres nos da miedo hablarlo aún sabiendo que no somos las culpables. Casi todas somos niñas violentadas y en el fondo lo seguimos siendo, porque vivimos en un sistema que nos excluye que por ser negras, flacas, gordas. Todo el sistema patriarcal es violento y hay un daño muy profundo. pero por esa razón hay que hacer un ejercicio porque con el tiempo esas heridas se convierten en máscaras y hay que quitarlas porque así vemos mejor" dice María Eugenia Betancur.

La apuesta política de la escuela está en formar activistas que no solo aprendan un concepto, sino que llevan a la práctica, es decir en las relaciones, la sexualidad, en la calle, en el trabajo, en que las acciones sean colectivas. También travesías por la paz cuenta con los bloques comunes que son seminarios abiertos, donde llega mucha gente que sale haciéndose preguntas.

En el camino recorrido de la escuela las personas tocadas directamente por esta nueva visión fueron: 60 en el primer ciclo, en el segundo 150 y en el último 120, hablando de las escuelantes que se han graduado. Sin embargo, ellas replican lo aprendido en su organización, eso da una cifra enorme y más que cifras, es un cambio en el diario vivir de muchas mujeres.

La escuela se proyecta en seguir formando mujeres activistas. Uno de los retos que ha querido asumir travesías por la paz es aportar a la niñez para que las menores no tengan que vivir las experiencias negativas que el patriarcado causa. Además, sueñan con una ciudad donde las mujeres no tengan que reivindicar su existencia, que esté libre de sexismo, clasismo y discriminaciones, casi como la construcción de un ser humano diferente.

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