Reclutamiento forzado:
la difícil realidad de la niñez colombiana 

Reclutamiento forzado:
la difícil realidad de la niñez colombiana

Abril 26 - 2019

Por Jorge Escobar Banderas

El país arrastra una deuda histórica con la niñez. La desatención por parte del Estado al momento de garantizar sus derechos se ha convertido en un asunto que ha empeorado con el pasar de los años. Detonantes como el conflicto armado han acentuado la situación.

A nivel internacional la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo tres establece que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y la seguridad de su persona, sin embargo en Colombia los menores han sido uno de los grupos poblacionales con mayor vulnerabilidad a lo largo de la historia.

Esta cruda realidad se ha visto materializada en actos como el desplazamiento masivo de familias que por proteger a sus hijos de los grupos ilegales han optado por abandonar su territorio. Sin duda alguna el reclutamiento forzado ha sido uno de los principales disparadores de este índice según los estudios de diversas organizaciones.

En los últimos 60 años, alrededor de 17.778 niños, niñas y adolescentes han sido reclutados y utilizados por grupos armados legales e ilegales, de acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). El 71% de los casos corresponde a niños y adolescentes hombres y el 25% a niñas y adolescentes mujeres.

De acuerdo con José Luís Campo, director de la organización Benposta: Nación de Muchachos Colombia, en muchos casos el reclutamiento suele ser voluntario acudiendo a técnicas de persuasión donde el grupo armado es visualizado como un elemento de salvación ante las condiciones de abandono.

En un artículo concedido al CNMH, menciona que los niños, niñas y adolescentes experimentan en la guerra situaciones inesperadas donde se dan cuenta de la vulneración de sus derechos fundamentales, al asumir roles no correspondidos.

Este tipo de situaciones constituyen una violación al artículo cinco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este apartado se establece que ninguna persona debe ser sometida a torturas, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

El Departamento Nacional de Planeación, por su parte explica que el reclutamiento y la utilización de los menores ocurre en contextos caracterizados por condiciones precarias de salubridad, infraestructura, servicios públicos, poca oferta laboral y deficiencias en la oferta educativa.

Para la institución, la presencia de grupos asociados a delincuencia dentro de las comunidades es un factor de riesgo para los niños, niñas y adolescentes. En muchos de los casos, estos se encuentran en espacios cotidianos dentro de los contextos de vida.