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Desafíos de la segunda misión de la ONU 

Dejación 4La resolución 2366 aprobó la segunda misión de las Naciones Unidas en Colombia, encaminada a verificar el proceso de reincorporación política, económica y social de los excombatientes de las Farc y la implementación de medidas de protección y seguridad personal y colectiva para las comunidades y organizaciones en los territorios que han sido afectados por el conflicto armado. 

Desafíos de la segunda misión de la ONU 

Dejación 4

Julio 14 -2017

Por Alexandra Serrano

La resolución 2366 aprobó la segunda misión de las Naciones Unidas en Colombia, encaminada a verificar el proceso de reincorporación política, económica y social de los excombatientes de las Farc y la implementación de medidas de protección y seguridad personal y colectiva para las comunidades y organizaciones en los territorios que han sido afectados por el conflicto armado.

Este segundo mandato iniciará el 26 de septiembre de 2017, una vez se complete la misión del monitoreo y verificación de cese al fuego y a la dejación de armas. Antonio Guterres, Secretario General de la ONU dijo que la reincorporación de las FARC a la vida civil y el despliegue de las instituciones en las zonas afectadas por el conflicto armado, son tareas prioritarias y urgentes para lograr la consolidación de la paz. 

"Al igual que se hizo en la fase del cese al fuego y la dejación de armas, esta segunda misión desarrollará una verificación con enfoque objetivo y propositivo, presentando a las partes y a la sociedad un balance imparcial del cumplimiento de los compromisos adquiridos; planteando soluciones y reuniendo esfuerzos para su implementación; promoviendo confianza en el proceso, y contribuyendo a fortalecer el respaldo de la comunidad internacional al proceso de paz en Colombia" dice el comunicado oficial de la Organización.

Frente a este nuevo escenario con el que se busca seguir dando cumplimiento a los acuerdos de paz, pero esta vez relacionados con la reincorporación y garantías de seguridad de los exguerrilleros y hasta de las propias comunidades en donde ellos hicieron presencia, surgen voces a favor y otras en contra por la mediación de la ONU en esta segunda misión.

Del lado de los que están de acuerdo con este segundo mandato, prevalece la idea de que la presencia de la ONU es una muestra de confianza que el organismo mundial ha depositado en el proceso de paz, al tener la firme decisión de legitimarlo internacionalmente. 

Lo anterior, sin embargo, no ha ocurrido al interior del país a causa de las oposiciones del Centro Democrático y de otros agentes de poder como Alejandro Ordoñez, que han manifestado sus intenciones de querer "hacer trizas" el acuerdo final de paz.

Respecto a la mediación de la ONU a través de la segunda misión, Germán Ayala, Comunicador Social y Politólogo, opina que esta es una decisión política importante y un espaldarazo no solo para la implementación y verificación de lo acordado, sino que le va a dar a las elecciones del 2018 un talante distinto, esperando que quien suba al poder, sea quien represente y agencie esa transición de la guerra a la paz, ya que no se puede dejar perder lo que tanto costó en cuatro años de negociación política.

Sin embargo, hay quienes piensan que además de la intervención de la ONU, es indispensable que exista un gran compromiso por parte del Gobierno Nacional y de las FARC para lograr la inserción plena y con garantías de este grupo guerrillero.

"De lo que puede dar garantía la ONU es señalar oportunamente en que se está fallando, dónde están las fallas y sugerir un nuevo curso de acción para que se recompongan las cosas, pero le corresponde a los designatarios del acuerdo (Gobierno Nacional y Farc) garantizar que el mismo se cumpla, pero si es muy importante que ese monitoreo y esa verificación externa exista, para poder documentar cada situación y canalizarla ante quien corresponda y en el momento que corresponda", precisó Diego Arias, analista del Centro de Memoria Histórica. 

En contraposición, lo que se dice es que la reincorporación de los excombatientes a la vida civil es una labor que le compete al gobierno y a las empresas que han adquirido el compromiso de contratar a este tipo de personas, por lo que la ONU solo está cumpliendo con el papel de verificador y de hacer un seguimiento de cómo se va dando el proceso.

"La ONU como verificador y acompañante de este proceso lo que debe hacer es informar si hay grupos disidentes, si hay caletas, si tiene conocimiento de algo que no se esté llevando a cabo, si tiene conocimiento de nuevas cocinas de drogas o de una serie de situaciones que puedan afectar a la sociedad civil para que lo comuniquen y lo denuncien, no solo ante las autoridades, sino para ejercer presión pública para que se empiece a combatir estos grupos que no se acogieron al proceso y que hay que atacar por medio de las fuerzas militares, tal como lo ordena la Constitución" afirma Juanita Cataño, diputada del Valle del Cauca por Centro Democrático.

Por su parte, José Obdulio Gaviria, senador del Centro Democrático, indica que no es necesaria la mediación de la segunda misión de la ONU. Según él, basta con la autoridad colombiana como garantía, ya que Colombia siempre ha tenido una buena práctica, como por ejemplo, la desmovilización de la AUC y la desmovilización de bandas criminales.
Asimismo señala que el problema es la impunidad en los crímenes cometidos por las Farc, pues no pagarán por ello, sino que se podrán ejercer cargos de elección popular y eso "desquicia cualquier actividad política" sentencia Gaviria.

Lo clave es que la ONU tendrá un papel muy importante desde Nueva York y desde las agencias que tienen intervención en Colombia, debido a que entre sus acciones prioritarias está regular, vigilar y garantizar la presencia del Estado en los territorios que han sufrido tantos años de violencia generada por las Farc, pero en donde siguen teniendo presencia las estructuras paramilitares y las bandas criminales, colocando en riesgo las vida líderes comunitarios y defensores de derechos humanos, ya que son amenazados o en muchas de las ocasiones, asesinados.

Entre tanto, el Estado ha comenzado a generar oportunidades de trabajo y desarrollo a los excombatientes de las FARC a través de la constitución de Ecomun, como marco de economía solidaria y legal en el que ellos tendrán la posibilidad de generar procesos productivos. En cuanto a las zonas afectadas por el conflicto armado se acordó crear las circunscripciones especiales de paz, mediante las cuales puedan tener presencia en la Cámara de Representantes a fin de favorecer su progreso, ayudándoles a superar las secuelas que deja la guerra. 

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