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"Nos dañaron la navidad"

Jarillon 2Un corto recorrido por el sector Venecia del Jarillón del río Cauca en Cali, en el que recogimos la opinión de sus habitantes mientras se llevó a cabo uno de los tantos desalojos que buscan reforzar el dique para evitar, lo que las autoridades llaman, una tragedia en caso de una creciente. La gente, claro, no lo ve así. Solo ve atropello, abuso y vulneración de sus derechos. Al llegar se escucha el ruido de los martillos golpeando lo que hasta hace unas horas, eran las columnas de una vivienda. Se oyen también los gritos de las personas que poco a poco ven que eso por lo que muchas de ellas trabajaron tanto, cae a pedazos. Policías y efectivos del Escuadrón Antidisturbios –Esmad- evitan que las cosas se vayan a mayores, aunque la gente denuncia maltrato por parte de los servidores públicos. 

"Nos dañaron la navidad" 

Jarillon 2

Diciembre 14  - 2016

Por Jorge Luis Galeano

Al llegar se escucha el ruido de los martillos golpeando lo que hasta hace unas horas, eran las columnas de una vivienda. Se oyen también los gritos de las personas que poco a poco ven que eso por lo que muchas de ellas trabajaron tanto, cae a pedazos. Policías y efectivos del Escuadrón Antidisturbios –Esmad- evitan que las cosas se vayan a mayores, aunque la gente denuncia maltrato por parte de los servidores públicos.

Varios de esos gritos de protesta son por la situación de don Luis Valderrama, pues al intentar evitar el desalojo de su vivienda, fue esposado a la reja de una casa cercana mientras las autoridades llevaban a cabo la tarea. Al terminar, el hombre de 65 años de edad, corre a ver lo que queda de su casa: un lote lleno de escombros, mientras sus pertenencias quedan arrumadas en plena calle. Se sienta impotente en un muro que solía dividir su hogar y el del vecino. La gente lo rodea y le muestra su solidaridad, mientras le grita a la policía: "¡Son unos inconscientes. No respetan ni a los ancianos!"

Don Luis, desconcertado y con la voz temblorosa por la rabia y la tristeza dice: "Mi mujer tiene un brazo partido y una enfermedad terminal y aun así me hacen esto". La mujer, refugiada en la casa de su vecino no dice nada y llora, solo llora. 

Luis Valderrama

Luis Valderrama. A sus espaldas: lo que era su vivienda

La indignación se siente en los gritos de los habitantes de la zona, pues dicen que los desalojos se hacen sin previo aviso. En medio de las múltiples voces que protestan por el desalojo de don Luis, sobresale la del ´General´ un hombre que se adjudicó dicho grado militar y del que hace gala, diciendo que él es el jefe de todos. Sonríe mientras lo cuenta. Fue sargento y hoy es reservista. Aún le queda voz de mando con la que dice, muy convencido: "No, este río no se sale. Si fuera para salirse, ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo", refiriéndose a la advertencia de las autoridades sobre el riesgo de que el río Cauca se salga y cause una tragedia en Cali.

Manuel Mina Betancur o ´el General´ es enfático al decir que la llegada de gente y la construcción de viviendas a orillas del río Cauca, es responsabilidad de las autoridades que permitieron que el sector se poblara sin ningún control "¿por qué no hicieron un censo para sacar a la gente de aquí desde un comienzo?" y añade "¿por qué no lo hicieron antes?" Y aunque a él aún no lo desalojan de su vivienda, dice que no se va, al menos mientras no le ofrezcan una parcela pues él vive de criar animales.

Así como la de don Luis Valderrama, la historia de Mislen Valenzuela se empieza a contar desde las ruinas de su casa. Él, quien por 15 años habitó el sector Venecia del Jarillón del río Cauca en Cali, también debió demoler su vivienda con sus propias manos, las mismas con las que años antes la había levantado.

Cuando cuenta la experiencia, su voz se entrecorta y debe tomar aire. Dice que es muy duro ver el trabajo de tantos años convertido en escombros, sobre todo porque para él, el plan de reubicación adelantado por la Alcaldía de Cali, no es tal "Yo tengo todo protocolizado, pero a ellos eso no les importa. Les pregunto ´¿dónde está el espacio para los animales?´ y no dicen nada" expresa mientras a sus espaldas, sus vecinos y amigos le ayudan recogiendo escombros, tejas y hierro de lo que era su casa. 

Los animales de los que habla son cerdos, gallinas y vacas con las que se ha ganado la vida desde que llegó a vivir ahí. Las soluciones habitacionales proporcionadas por el gobierno, no tienen espacio para ellos por lo que Mislen cree que de esa forma, acaban con su sustento. "Ahora estoy sin trabajo y sin saber qué hacer. A esta edad ¿quién me va a contratar?" pregunta

Se adentra a caminar entre las paredes en el suelo y recuerda lo que había en cada sitio: "aquí estaba la cocina, acá una pieza. Este era uno de los baños" Habla con nostalgia mientras, con dificultad, se desplaza por entre ladrillos, fierros y madera que yacen en el suelo. Para él, este proceso no es más que un atropello.

Y así mismo lo ve Carlos Mena, un hombre que cumplió 25 años de vivir en el Jarillón. Con lágrimas en los ojos tras ver lo que le sucedió a la vivienda de Luis Valderrama, afirma que él no ha aceptado la oferta de la administración municipal "porque no me ofrecen nada mejor a lo que yo tengo acá. Mire a los carretilleros: les mejoraron las condiciones" dice mientras sube la voz y señala a uno de los vehículos que la Alcaldía entregó en reemplazo de las carretillas de tracción animal.

El hombre, también de la tercera edad, gesticula fuertemente con sus manos como queriendo que sus palabras se oigan más fuerte, mientras insiste en que si se les pide que se vayan, el proceso debe ser concertado. Antes de irse, dice con tristeza: "nos dañaron la navidad". 

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