Caína: ¿Qué sienten? dolor ¿Qué les duele? mi historia
Preguntas como estas fueron las que llevaron a generar una obra como “Caína”, que trata de recopilar las muchas historias de vecinos, allegados y compañeros combatientes en el dolor de los pueblos. Preguntas que cuestionan la forma de vida que se llevan en las zonas rurales, los sonidos extraños que con el tiempo se hacen costumbre, y los actores armados que irrumpen la tranquilidad de los juegos y las cosechas.
Caína: ¿Qué sienten? dolor ¿qué les duele? mi historia
Fotografía: Genésis Peláez
Julio 12-2013
Por Ximena Vélez
Una obra de teatro que toca los corazones de las protagonistas desde su entorno, una obra paralela entre ficción y realidad, personajes que se caracterizan por las voces de muchas mujeres de las zonas rurales, el reflejo de los murmullos y cuchicheos que recorren de voz a voz entre los montes y que no salen a la luz pública por temor a monstruos gigantes que parecen invisibles pero dejan huellas imborrables.
Caína
En pueblos violentados, callados y oprimidos nace una mujer como Caína, condenada con un sobrenombre por ser culpable de matar en el vientre quien era hombre y nace mujer, es una discriminación de la sociedad al género femenino, un padre que no acepta tener a una mujer como hijo y una sociedad que la forzó a callar.
Lucenith castillo quien interpreta tres personajes en la obra , relata a “Caína” como una representación del conflicto armado desde las voces de la mujeres, una metáfora de la realidad colombiana pero también de la realidad de muchos otros países que viven en guerra. A partir del sufrimiento de mujeres como Caína, Ana y Eva, se identifica el sufrimiento, la explotación y la condena de la violación de los derechos Humanos de éstas, por vivir en un entorno violento y más por el hecho de ser mujeres.
Para Liliana Angulo quien protagoniza a Caína, apostarle a este personaje es un reto, una experiencia teatral enorme y cada vez que lo hace, siente que es pensar en los desplazamientos diarios, donde todos los días ve la obra real en los municipios no tan lejos a la ´gran´ Ciudad, donde los retenes y los diferentes actores armados son el mismo reflejo para los bien llamados “la sombra de los montes”.
“El desplazamiento y la subyugación de los pueblos, son temas que ojalá pasaran a la historia pero aún es la realidad. Me conmuevo por pensar en los pueblos y tierras que sufren por la sombra de los montes, me duele esta historia porque uno representa la realidad de una mujeres que quieren ser tenidas en cuenta por un hombre, por una sociedad, una familia y no pueden” dice Liliana Angulo.
Lo cierto es que esta obra ganadora del premio de Dramaturgia Jorge Isaacs 2007, es para su Director, Jhon Lotero, una pieza teatral que toca los derechos humanos más vulnerados en poblaciones de condiciones extremas de supervivencia: el campo, las zonas rurales son el escenario para que este personaje que vive en un ámbito de múltiples violencias, genere un gran conflicto consigo misma, es la necesidad de sentir reconocimiento por un padre, por una familia y por una sociedad, es finalmente esta carencia de reconocimiento quien la lleva desatar los actos agresivos y generar mayor violencia en su propio entorno.
“A veces las personas necesitan un mínimo de reconocimiento de sus derechos humanos con diálogos o sin diálogos de paz”. Jhon Lotero.
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