Por Édgar Rodríguez Cruz
Director de Quira Medios
Este texto fue publicado en Quira-Medios.com y hace parte de una alianza entre medios Alternativos que inauguramos con esta publicación
Junio 16 2024
La bioculturalidad se refiere a la interrelación entre la biodiversidad y las culturas humanas que coexisten y se influencian mutuamente. En Colombia, un país megadiverso tanto en términos biológicos como culturales, la bioculturalidad adquiere una relevancia especial. Esta confluencia no solo define la identidad del país, sino que también representa una vía crítica para la conservación de su patrimonio natural y cultural.
Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, albergando aproximadamente el 10% de la biodiversidad global en su territorio. Este hecho, sumado a la presencia de más de 80 grupos étnicos y más de 60 lenguas indígenas, sitúa a Colombia como un referente mundial en términos de bioculturalidad. Según el Instituto Humboldt, “la riqueza biocultural de Colombia es única debido a la combinación de sus diversas culturas y la gran variedad de ecosistemas que se encuentran en su territorio”.
Las culturas ancestrales y afrocolombianas han desarrollado una vasta gama de conocimientos y prácticas que están íntimamente ligadas a la biodiversidad local. Estas prácticas no solo aseguran la subsistencia de estas comunidades, sino que también contribuyen a la conservación de los ecosistemas. Por ejemplo, los pueblos indígenas de la Amazonía colombiana practican la agricultura itinerante y la gestión sostenible de recursos naturales, lo cual protege la biodiversidad del área.
El reconocimiento de la bioculturalidad es esencial para el diseño de estrategias de conservación que sean efectivas y equitativas. Según los investigadores Narciso Barrera-Bassols y Víctor Toledo “las estrategias de conservación que integran el conocimiento y las prácticas locales son más sostenibles y tienen mayores posibilidades de éxito a largo plazo”. En este sentido, los planes de conservación en Colombia han comenzado a incorporar el saber ancestral y las prácticas tradicionales como parte integral de sus enfoques.
Un ejemplo notable de esta integración es el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, el cual es reconocido tanto por su biodiversidad como por su importancia cultural. En 2018, fue declarado Patrimonio Mixto de la Humanidad por la UNESCO debido a su valor ecológico y cultural. Este reconocimiento subraya la necesidad de preservar no solo los ecosistemas, sino también las culturas que los han mantenido durante siglos.
A pesar de los avances en el reconocimiento de la bioculturalidad, Colombia enfrenta numerosos desafíos. La deforestación, el cambio climático y la expansión de actividades extractivas amenazan tanto la biodiversidad como las culturas locales. Las comunidades indígenas y afrodescendientes a menudo se encuentran en la primera línea de estos impactos, lo que pone en riesgo su modo de vida y sus conocimientos tradicionales.
No obstante, estos desafíos también presentan oportunidades para fortalecer la bioculturalidad. El auge del ecoturismo y del turismo cultural, por ejemplo, ofrece una vía para que las comunidades locales compartan sus conocimientos y prácticas mientras generan ingresos. Además, iniciativas como la creación de territorios indígenas autónomos han demostrado ser efectivas en la protección de la biodiversidad y la promoción de la autodeterminación cultural.
Así, la bioculturalidad en Colombia representa una riqueza invaluable que debe ser preservada y promovida. La interconexión entre la diversidad biológica y cultural no solo define la identidad del país, sino que también ofrece soluciones sostenibles para los desafíos ambientales y sociales contemporáneos. Integrar el conocimiento y las prácticas tradicionales en las estrategias de conservación es crucial para asegurar un futuro en el que tanto la naturaleza como las culturas locales puedan prosperar.