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Reseñas literarias

Alejandra Pizarnik: la última escritora maldita 

Junio 24 – 2023 

Por María Josefa Avilés Ch.

La obra poética de Alejandra Pizarnik, poetisa argentina, es de la corriente neo surrealista. Flora Alejandra pizarnik fue una poeta, ensayista y traductora argentina, estudió filosofía y letras y pintura en la Universidad de Buenos Aires y junto a Juan Batlles Planas.
En 1960 se instaló en París, donde trabajó como traductora y estudió literatura e historia en la Sorbona.

Hablar sobre la poesía de Pizarnik, una de las últimas escritoras suicidas, es sumergirse en una poesía marcada de nostalgia, inestabilidad y melancolía. Sus poemas son un retrato al dolor, el sufrimiento y la muerte. Su obra muy particular porque sus poemas se convierten en breves espacios de reflexión y la búsqueda de su identidad. Su poesía autobiográfica la han hecho convertirse en una de las últimas poetas malditas. En sus textos demuestra ansiedad y tristeza, algo que padeció toda su vida.

Alejandra Pizarnik volcó su dolor y depresión en sus poemas, la búsqueda de su identidad fue algo constante en su vida ya que era hija de inmigrantes judíos ucranianos. Ellos, sus poemas, se convirtieron en su mayor herramienta y en ellos podemos observar cómo, también, son un culto a la palabra. Pizarnik revela la oscuridad de cada palabra y cada verso “La poesía es el lugar donde todo sucede”

La literatura en la vida de la escritora se nos muestra como un arma de doble filo que, al mismo tiempo, puede curar o producir heridas. Cuando leemos sus poemas podemos sentir el dolor y el sufrimiento, hay que tener en cuenta que la vida de Alejandra Pizarnik no fue nada fácil: tartamudeaba y sufría de asma, lo que le ocasionó problemas de autoestima ya que sus padres también comparaban Alejandra con su hermana Mirian.

En 1958 escribe en su diario:
“He tenido yo una infancia? No, creo que no. No tengo ni un recuerdo bueno de mi niñez… el sólo hecho de recordarlo me cubre de cenizas la sangre, sólo algunas angustias, algunos sucesos lamentables, sobre todo lamentablemente sexuales”

En París conoció a Julio Cortázar con el que haría una gran amistad hasta su muerte y quien le habría pedido a Alejandra que transcribiera su manuscrito rayuela a máquina. Trabajo que ella acepta con gusto, pero el caos de su departamento hizo que perdiera el manuscrito al encontrarlo se lo devolvió a Julio Cortázar para que se lo entregara a alguien más, rumores hablan que el personaje de la maga de rayuela está inspirado en pizarnik eso nunca lo sabremos.

Su estilo poético se desarrolló del simbolismo francés de autores como Arthur Rimbaud y el conde de Lautreamont, pero estaba dentro de la corriente neo surrealista porque manifiesta un espíritu de rebeldía que termina con el auto aniquilamiento. Así son sus poemas: muchas veces carentes de énfasis y ausentes de forma. Su ´poesía es un diario. Tuvo otras influencias como lo fueron Emily Dikinson, Franz Kafka y Lewis Carol entre algunos.

La editorial lumen reunió la totalidad de la obra poética de la escritora. Uno de los temas centrales de su obra es la locura, escribió 7 poemarios en su totalidad los cuales son

• La tierra más ajena 1955
• La ultima inocencia 1956
• Las aventuras perdidas 1958
• El árbol de diana 1962
• Los trabajos y las noches 1965
• La extracción de la piedra de la locura 1968
• El infierno musical 1971

La muerte de su padre en 1967 precipita sus problemas mentales y agudiza su dependencia a diferentes barbitúricos ya recetados. En 1970 comienza alejarse y tener una vida sombría así llega el primer intento de suicidio y así es internada en un centro psiquiátrico. Pero un 25 de septiembre de 1972 muere de una sobredosis intencional de seconal a la edad de 36 años la autobiografía de su escritura la hizo trascender como una poeta maldita.

violencia y la injusticia que se ha extendido por la sociedad en la que vive su experiencia como médico rural en distintas zonas de Egipto, como testigo de la prostitución, de los asesinatos por razones de honor, de los abusos sexuales, además de la ablación, que ella misma sufrió de niña, la impulsaron a dar testimonio de todo este sufrimiento.

Con claridad y precisión detecta y analiza las causas de esta situación y describe el papel histórico de la mujer árabe en la religión y la literatura. Para la autora, el velo, la poligamia y la falta igualdad entre hombres y mujeres ante la ley son incompatibles con el islam y con cualquiera de las otras religiones.