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Reportajes

El Mandato Popular y Comunitario en la COP16

Octubre 30 – 2024

Por Laura Cruz

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad celebrada en Colombia, que ha hecho que el mundo ponga los ojos en el país y ha logrado poner en la conversación nacional los temas de cuidado del medio ambiente, se ha desarrollado en Cali con un gran aforo, sin embargo, tan solo 33 países de 196 han enviado sus planes de acción para revertir la destrucción de los ecosistemas. La ausencia de mandatarios de países con gran responsabilidad medioambiental como Brasil, Indonesia, India, y de los líderes de potencias económicas como Estados Unidos, China, y la Unión Europea, preocupa porque pone en entredicho el futuro de acciones concretas y el compromiso real de fortalecer las iniciativas climáticas globales. 

En contraste, Organizaciones Culturales, Populares y Comunitarias del Oriente de Cali, Guardias Indígena, Cimarrona, Campesina y Populares, sectores juveniles de mujeres y organizaciones comunitarias urbanas se juntaron en defensa de la biodiversidad y la Paz con la Naturaleza y llegaron a la zona verde ubicada en el Boulevard del Río para compartir un Mandato Popular, elaborado durante la Asamblea Popular que se realizó el 19 de octubre de 2024 en la  Institución Educativa Nuevo Latir,  que busca fortalecer la unidad y la voz de los pueblos, partiendo de un enfoque diferencial, con las mujeres  Defensoras de la Naturaleza y la Madre Tierra, con Visión Espiritual y Cultural entorno a la Paz, orientados desde la autonomía, la defensa del territorio y los principios de solidaridad, sororidad, doloridad, hermandad y la dignificación de la VIDA.

En medio de bailes y músicas tradicionales de las culturas indígena, cimarrona y campesina, en donde líderes de las diferentes comunidades, leyeron el Mandato Popular, frente a la flor de Inírida, la Flor eterna que al secarse mantiene su estructura y no se deforma con el paso de los años. El Mandato Popular comenzó reconociendo el papel de los medios de comunicación alternativos, comunitarios y propios como ejercicios de resistencia que aportan a la notoriedad y posicionamiento de nuestro pensamientos, cosmovisiones y experiencias locales. Así mismo, fueron enfáticos en afirmar que reconocen la buena voluntad del gobierno actual en la distribución de la tierra en algunos territorios, sin embargo, señalan que se necesita con urgencia una política agraria que garantice economías que sustentan la VIDA, que interactúe con la naturaleza, que dignifique el campesinado y permita resolver el problema histórico de la tierra en Colombia. 

Las denuncias del Mandato Popular

  1. Las políticas públicas, modelos económicos y sectores de poder económico que desarmonizan los territorios, rompen los tejidos organizativos y profundizan conflictos entre pueblos como una estrategia que rompe la unidad y la hermandad de lucha y resistencia, con el objetivo de materializar intereses que destruyen la Madre tierra. 

  1. El modelo extractivista, el uso de químicos para la fumigación y quema de las plantaciones que destruyen bosques, selvas, páramos y montañas, que contaminan el agua, el aire y los suelos, arrasando con la salud, la vida y los ecosistemas. Sus empresas de seguridad amenazan a la juventud, tal como el monocultivo de la caña que no deja descansar a la Tierra, forzándola a la explotación, negando su derecho a recuperar la fuerza.

  1. Las falsas soluciones de las energías renovables porque reafirman los modelos de dominación y explotación de las grandes empresas. Los campos de energía solar y eólica que instalan las grandes empresas sin incluir a las comunidades, invadiendo los territorios con lógicas similares a las de los monocultivos. 

  1. Las políticas que destruyen a miles de personas, a la diversidad de especies de animales, de plantas y a los territorios de vida. Políticas que despojan territorios y formas de relacionamiento familiar, comunitario, natural y cultural y construyen edificios, ampliando la ciudad, ocupando viviendas y territorios, negando nuestros planes de vida.

  1. La deforestación, la minería legal e ilegal, los megaproyectos y monocultivos como la palma de aceite, la coca, el banano, el pino, los cañadulzales en la región del Cauca y Valle del Cauca, planteados desde el sistema capitalista y patriarcal, responsables directos del conflicto social y armado en Colombia, del despojo, de la ocupación de nuestras tierras, de la violencia contra las mujeres indígenas, negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras, campesinas y urbanas.

  1. El racismo estructural y cultural que excluye, discrimina, estigmatiza y marginaliza a los pueblos indígenas y negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros. Llamamos a consolidar una paz incluyente que garantice el derecho a habitar y transitar los territorios.

  1. Condenamos la guerra que afecta nuestras prácticas culturales, destruyendo familias, comunidades y territorios. Es esencial mantener una relación armónica con la Madre Tierra, respetar las prácticas culturales ligadas a sanación y la armonización fundamental para la Pervivencia de los Pueblos, respetar los saberes de Mayoras y Mayores para caminar descalzos, ombligar y danzar en el territorio.

  1. Denunciamos que el narcotráfico que destruye los territorios urbanos, rurales y a las comunidades, conduciendo a nuestros jóvenes a problemas de salud, desarraigo de la vida, profanando nuestras culturas, nuestros planes de vida y procesos organizativos. 

  1.  El sistema capitalista y el patriarcado que niegan oportunidades a las niñas, las jóvenes y las mujeres y ha convertido a la Madre Naturaleza en un objeto, así como a nosotras las mujeres; hoy tanto la Madre Tierra como nuestros cuerpos se encuentran lastimados y destruidos. Rechazamos que nuestros vientres sigan siendo colonizados desde la ciencia, nombrados y de propiedad por el poder masculino. 

  1.  Las prácticas religiosas que han llevado al exterminio de nuestros saberes propios, destruyendo las creencias ancestrales y nuestras espiritualidades. Invitamos a volver al origen a encontrarnos con nuestras propias raíces. Rechazamos las religiones que nos hacen pensar que tenemos un poder superior como seres humanos sobre la Naturaleza, destruyendo la vida de la Madre Tierra.

  1.  La de violencia institucional y reclamamos un comportamiento distinto de las autoridades policiales, especialmente contra las juventudes. La policía debe actuar en el marco del respeto y garantía integral de los derechos humanos. 

Luis Acosta,  Coordinador Nacional  de las guardias indígenas en Colombia (ONIC), señaló que estaban caminando con los sectores populares de Cali con la Guardia Campesina, la Guardia Cimarrona y la Guardia Indígena, como cuidadores legítimos del territorio que siempre han defendido la cultura, el arte, la biodiversidad y la vida, y que llegaron a la COP con el objetivo de que los asistentes a ese espacio,  conocieran a quienes siempre han cuidado los territorios y cuál es la realidad que se vive en los mismos. 

Exigencias del Mandato Popular

  1. La reparación integral de los daños causados a las niñas, a los niños, a las mujeres, a la juventud, a las Mayoras y los Mayores y a los diversos Pueblos, como comunidades populares y organizaciones sociales y comunitarias que han sido desplazadas y desterradas por las violencias dentro de las ciudades y hacía las ciudades desde sus territorios.  

  2. La reparación del territorio y la visibilización de hechos de violencia como las desapariciones forzadas, los asesinatos, las masacres, las violencias sexuales y otras violencias. 

  3. Exigimos al Estado colombiano un verdadero compromiso con el desmonte del paramilitarismo y la condena a sus promotores y beneficiarios.

  4. Exigimos profundizar y avanzar en las reformas y las promesas del cambio para las verdaderas transformaciones que requiere el Pueblo colombiano y nuestras apuestas por la conservación, protección y defensa de la vida, la paz y la Madre Naturaleza.

  5. La creación de espacios en la ciudad donde podamos contemplar, caminar y conectar con la esencia de la naturaleza; anhelamos gestar lugares de participación y construcción, donde las comunidades y los territorios se entrelacen para edificar una ciudad que respira espiritualidad y las cosmovisiones de quienes provenimos de la tierra y de aquellos que han florecido en los sectores populares. 

  6. Una nueva perspectiva de construcción de las ciudades desde las organizaciones populares, comunitarias y los liderazgos ambientales, proponiendo procesos de ordenamiento territorial popular que luche contra el concreto y edifique con “sentido del cuidado”, respeto y en armonía con la naturaleza. 

  7. justicia climática y ambiental en articulación integral con la justicia social que reclamamos para la dignificación de la vida y un buen vivir.

  8. Que se asuma por parte de las Instituciones Públicas estatales el manejo responsable de los escombros y de los desechos residuales en las ciudades, municipios y sus terrenos aledaños, porque están generando daños profundos a nuestra Madre Naturaleza, ambientes barriales y a las comunidades. 

Seguirán resistiendo en defensa del Territorio

El Mandato Popular reconoce al Gobierno Nacional actual, progresista y del cambio, como aliado de sus luchas como sujetos de derechos. Sin embargo, es enfático en afirmar que los procesos dependen de las organizaciones sociales, políticas, populares y comunitarias desde los Territorios. 

Seguirán caminando hacia el fortalecimiento de propuestas de educación propia, popular, ambiental, cultural y social, desde la música, el arte y la danza, así como la reivindicación de saberes: la partería, los rituales de armonización y ofrenda, y el autogobierno como parte de las identidades étnicas y culturales unidas al ombligo de la Madre Tierra. 

Reivindicando la juntanza que mantiene las luchas territoriales ancestrales a la luz del principio: “la tierra no se vende, se ama y se defiende”, y su lucha por el derecho de los pueblos a la consulta previa, libre e informada, entendiendo que la biodiversidad no puede desentenderse de la diversidad de nuestros Pueblos. 

Mandataron la descolonización de los saberes y las transformaciones estructurales que replanteen el modelo económico capitalista, responsable de la crisis y problema ambiental actual. En ese sentido, exigen procesos de economías circulares e incluyentes que permitan convivir en armonía y equilibrio con la Naturaleza y que generen poder popular y comunitario.

Defienden la memoria de sus luchas, de sus ancestros y ancestras y los guardianes espirituales que ofrendaron su vida por el cuidado de los territorios y los derechos de sus pueblos. Hicieron un llamado para salvaguardar los cuentos, los mitos, las leyendas, el fogón, el baile, el canto y la danza como herramientas imprescindibles para caminar y defender el territorio y todos los seres que lo habitan. Elementos esenciales para sostener la fuerza de las luchas y resistencias colectivas, que hoy se trenzan y tejen con todas las Guardias y los sectores populares urbanos. 

Destacaron el papel de las huertas y terrazas como propuestas de soberanía alimentaria, ambiental y organizativa que incluye el intercambio de semillas. Al igual que el papel de líderes y lideresas ambientales, quienes cumplen un rol fundamental de lucha contra la crisis climática, el consumismo y la globalización de las economías.

El Mandato Popular nos recuerda la importancia de que los pueblos campesinos, afros, raizales, indígenas, sigan resistiendo ante los gobiernos municipales, incluido el actual de Santiago de Cali, que ignora como se ha hecho por años, la lucha de comunidades como la de Playa Renaciente, donde intentan imponer procesos de destierro sin garantizar derechos y amenazan con desalojos sin ofrecer condiciones dignas. Las comunidades exigen vivienda digna y territorio.