Periodismo de Derechos Humanos

Columna de opinión

¿Qué está mal con los niños de hoy?

Fundenid 2Hacemos un paréntesis en nuestra actual serie para compartir esta reflexión sobre los niños de hoy a propósito de la celebración del Día del Niño en Colombia ¿Cómo influye la crianza de los niños en su desarrollo como adultos? ¿En dónde se traza la línea entre buscar su bienestar y crearles miedos ante el mundo? Son ideas que pueden ayudar a entender la importancia del papel de los adultos en la vida de un menor y la responsabilidad que ello tiene. 

¿Qué está mal con los niños de hoy?

Fundenid 2

Abril 26-2014

 

Por Mariela Ibarra
Periodista
@manuela_ibarra

Mariela IbarraCuando era niña, de unos tres o cuatro años, un día estaba chuzando un pez con un palo. El animal, que uno de mis tíos había pescado minutos antes en un lago artificial, salió dando saltitos hasta quedar exhausto a un lado del camino improvisado que nos habíamos abierto hasta ahí. Entonces pasó algo que me marcaría para siempre: mi tía salió de quién sabe dónde (Virtud que tienen todos los adultos cuando hacemos algo indebido) y me chuzó con la vara de pescar. Eso fue todo, sin regaños, cantaletas ni grandes discursos, sencillamente un -¿No te parece mejor dejar el pescadito en el balde?- No se me olvidará nunca.

No sé si esa anécdota encaja exactamente dentro de un argumento frente a los derechos de los niños, pero fue lo primero que se me vino a la mente cuando empecé a preguntarme ¿Cómo aprenden los niños que tienen derechos?

Posiblemente la respuesta más cercana que encontré es que los primeros acercamientos de los niños a los derechos vienen del propio hogar, de los círculos adultos más cercanos a través del ejemplo, del simple ejercicio de enseñarles que tienen privilegios, pero también que tienen responsabilidades. ¿En qué consisten esas responsabilidades? Está en cada uno de nosotros definirlo. El ejercicio del hogar, el juego y la escuela no son más que modelos de enseñanza que orientan al niño y lo preparan para su vida como adulto.

Niños

"La mano que domina al mundo es la mano que mece la cuna", y dentro del análisis de los derechos de los niños no existe una frase más certera. Hace poco alguien me contaba que tenía la hija a dieta, y si bien controlar los hábitos alimenticios de un niño es bueno, no me pareció válido que la excusa sea que "no quería que la niña fuese gorda". La niña, de seis o siete años, no come papa, arroz, dulces, helado, sopas, etc. Si, es un poco exagerado llamar a esto una violación de los derechos humanos, pero sencillamente no sé qué pensar sobre las consecuencias a futuro para la mentalidad de esta niña que semejante cosa puede tener, no sé por qué la mamá tiene que somatizar sus demonios personales frente a la percepción de la belleza física en la hija, me resulta abusivo. No sé ustedes, pero si lo pensamos a futuro, es dañino para su salud física y mental que empiece a desarrollar relaciones complicadas con la comida, en especial a edades tan tempranas.

Me sorprende también la cantidad de niños que permanecen despiertos y activos en horarios en los que incluso a mí, como adulto, me es imposible permanecer despierta sin que esto afecte mis actividades diarias. La respuesta más común que recibo sobre esto es "que al niño no le da sueño temprano". Pero después me doy cuenta que toman siestas de tres y cuatro horas en la tarde, entonces obvio, cómo pretenden que duerman en un horario apropiado. Los niños ven lo que quieran, comen lo que quieren cuando quieren, duermen cuando quieren y hacen lo que quieren frente a la mirada complaciente y aletargada de unos padres que se han mostrado, de todas las formas posibles, deficientes.

¿Por qué los adolescentes y adultos jóvenes no entienden de horarios, responsabilidad, respeto, debidos procesos o actitudes moderadas?, Por ejemplo el infame caso del joven Salamanca (Que borracho causó la muerte a dos mujeres y heridas a un hombre al embestir el taxi en el que se transportaban con su camioneta) donde la principal excusa era que él no tenía la culpa, que había sido un error y que estaba sumamente arrepentido. Porque de niños nunca tuvieron límites, no se les enseñó que sus actos tienen consecuencias y menos a asumir responsabilidades.

Una actitud que encuentro un tanto confusa es esa tendencia a ser amigos de los hijos. No tiene nada de malo en buscar una relación más cercana con ellos, pero debe hacerse desde el rol de adulto modelo, no de amigo. La cosa empieza por cuidar lo que se dice delante del niño, qué tipo de conversaciones son apropiadas para ellos y dentro de qué espacios se hacen, ¿niños despiertos en mitad de las fiestas de los adultos, ayudando a servir y repartir tragos a la cuatro de la madrugada?, y después nos sorprendemos por los índices de alcoholismo en los jóvenes. Parte de brindarles espacios adecuados es hacer que ellos respeten los espacios que les corresponden a los adultos, que no les pase como a mi, que tengo que estar el día entero escuchando comentarios como "No me importan los sentimientos de un niño siempre y cuando tenga plata", proveniente de niñas de once años. Por supuesto esto no corresponde a una idea de ellas, y espero no saber a quién se las escuchan, aunque tengo mis sospechas.

Pero qué tiene que ver este medio regaño con los derechos de los niños, mucho. El hogar debe garantizar condiciones óptimas para que el niño se desarrolle de la mejor forma posible, y es responsabilidad de los padres, los adultos a su alrededor y el estado velar porque esto ocurra. Infortunadamente entendemos el derecho de los niños como algo grande, creado para respaldar a niños en condiciones extremas de vulnerabilidad, pero eso no es así. El derecho los cobija a todos, y precisamente se creó para garantizar que los niños se desarrollen en espacios que no los dañen física, mental y emocionalmente, lo incluye todo.

Analizar el fenómeno del derecho y la infancia en un país con una herencia tan violenta como la que tiene Colombia no es sencillo, y a veces es fácil dejarse llevar por estereotipos que nos hacen perder gran parte del panorama. Existen parámetros obvios dentro de estas aproximaciones que distorsionan el entendimiento de lo que comprende el derecho, por ejemplo los niños trabajadores, explotación sexual, violencia doméstica, y todos esos casos, por llamarlos de alguna forma, extremos. Y no está mal perder eso de vista, nunca podemos perderlo de vista; sencillamente pienso que existen otras cosas, cosas camufladas dentro de nuestra idiosincrasia, dentro de nuestras formas de ser y entender la infancia, que vulneran de cierta forma al niño y le impiden un adecuado desarrollo. No veo nada de malo en que laven un plato, recojan sus juguetes y se les castigue en forma apropiada; Y si, la discusión del castigo es larga y tediosa, pero es una actividad que forma.

Tenemos en nuestras manos una de las generaciones más prometedoras en cuanto a desarrollo intelectual se refiere, el acceso a la tecnología y a la información en tiempo record es algo que nosotros, los adultos modernos (Incluso los adultos jóvenes) no tuvimos, y estamos dejando que se vaya al trasto. Nosotros, frente a esa promesa, hemos demostrado ser profundamente incapaces.

A través de la crianza se construye ciudadanía, y con esta calidad de padres, de adultos que somos y de sociedad, apague y vámonos, ese esfuerzo se perdió. La infancia es un constructo, y lo vamos formando a través de nuestras interacciones sociales, el derecho está para garantizar que los niños puedan desarrollarse como tal, porque es la única forma de garantizar el futuro del país. Por lo tanto es responsabilidad de todos. ¿Qué está mal con los niños de hoy en día?, es una pregunta facilista, porque realmente debemos orientarnos hacia ¿Qué está mal con nosotros, los adultos de ahora, que somos responsables de esos niños y adolescentes que tanto nos gusta criticar?, crianza en amor, valores, respeto y responsabilidad, esa es la mejor manera de abordar los derechos de los niños.

Más textos de la autora: marielai.wordpress.com

  • Visto: 2699
Joomla Social by OrdaSoft!

Hechoencali.com © Todos los derechos reservados