Octubre 29 - 2021 
Por Laura Cruz

“Soy de esta Cali fuerte y aletosa”
“Duque no representa al pueblo colombiano. No a la reforma tributaria”
“Colombia ponte trucha con la Lucha”.

Estas frases y muchas otras pudimos leer durante el Paro Nacional que inició el pasado 28 de abril. Las pancartas, las cartulinas, las paredes y hasta la ropa de los manifestantes, fueron el medio que utilizaron los marchantes con el fin de ejercer su derecho a la libre expresión y mostrar sus inconformidades hacia el Gobierno Nacional.

Muchos de los manifestantes escribieron en muros: “ellos tienen los medios nosotros las calles”, y es que el espacio público se convirtió en el vehículo para la libre expresión de distintas manifestaciones culturales. Entendiendo la fuerza de la palabra, el Laboratorio Gráfica Popular Palmira, inició una propuesta para ser la pluma y la hoja de todo aquel que quiso expresarse de forma pacífica.

Este colectivo lo conforman Andrea Acosta, Cristian Mosquera, Juliana Santana, Miguel Moyano, entre otros y es un recordatorio de lo popular, sin que se les olvide que todo está atravesado por un contexto que para ellos es de barbarie. Lo que quieren lograr es devolver la mirada hacia nosotros mismos, es un poco desde el arte ceder la voz.

Miguel Moyano es artista de la Universidad de los Andes y Curador y dice que esto se hace por medio de una imprenta artesanal, es decir tipos móviles, es decir tipografías, que fueron cortados con láser y que llevan a las marchas con los que llevaron mensajes de un acto democrático. “Necesitamos decir muchas cosas, y sobre todo recordar. Estamos ofreciendo unas herramientas con las que esperamos que los pelados, las personas puedan materializar las cosas. Las sientan y puedan reconocer lo que está pasando”. 

Moyano añade “nosotros queríamos impactar durante el Paro entregando formas de reproducción de un mensaje. Las artes gráficas tienen la posibilidad de propiciar un mensaje que siempre está contenido en una magia, que es de revelar un mensaje que no se cuenta hasta que finaliza y que por más que se vuelva repetitiva nunca se vuelve silente. Y así mismo vuelve democrático el poder dar un mensaje porque muchas veces los grandes medios no le dan la voz al pueblo” Entre las apuestas de este colectivo cualquiera pueda tener una imprenta y reproducir lo que quiera decir.

El Laboratorio ha estado en diferentes partes de Palmira, y han trabajado con la Secretaría de Cultura de ese municipio, realizando talleres intensivos y experimentales de artes gráficas, a los cuales asistieron doce jóvenes de 12 a 20 años del barrio Colombia, Alfonso López, de la comuna cuatro de Palmira. Las actividades las realizaron en un Polideportivo que estaba en completo abandono y se convirtió en un laboratorio de artes gráficas. Los jóvenes pudieron aprender litografía, lino grabado, tipografías, serigrafía, entre otras formas.

Las clases también estuvieron acompañadas de recorridos por los barrios. Hacían cartografía y debates sobre diversos temas en los que lo importante era reconocer los diferentes saberes que estaban allí y compartirlos ya que es la única forma de la que se puede avanzar.

Así mismo el Laboratorio Gráfica Popular Palmira, tiene como uno de sus principales objetivos “descentralizar las artes, construir y crear desde nuestro lugar situado, desde diferentes disciplinas como el arte gráfico, cine y audiovisual. Señalan que no solo protestas desde la palabra sino desde la acción lleva consigo una palabra, una frase y una voluntad”

Para tener claro a lo que le apuesta, el Laboratorio creó un manifiesto que señala:

El Arte debe ser incómodo, no acomodado.

El artista hace arte.

El artista no hace cultura.

Las personas hacen cultura.

Hay que morder la mano que da de comer.

Repetir hasta el final, no hasta el silencio.

Las obras se las roban, nadie las paga.

Todo es vivencia. La vida es el eterno texto.

Nada referente al arte es evidente.

Moyano finalizó diciendo que este proceso no es una representación de la realidad, esto lo que dice es “yo existo, yo estoy ahí”. Las artes gráficas y las palabras son un ejercicio contra el olvido, es como una mancha que se queda ahí.